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INQUISICIÓN DE CHILE
do,
y
tales las atenciones que le ocupaban en los
años de 1572-1573. Por el mes de Noviembre de
este último se presentó en el Santo Oficio, dice el
visitador del Tribunal Juan Ruíz de Prado, «Un
cuaderno de papel, escrito en doce hojas, que era
del dicho Pedro Sarmiento, por el cual quiso pro–
bar que ciertos anillos astronómicos que él hacía
para diversos efectos tenían virtud natural
y
que
no eran sospechosos ni supersticiosos
y
que el
autor de ellos no debíu ser castigado. Dos testi–
gos le acusaron también de haber dicho que el
Evangelio no estaba suficientemente promulgudo
en España;
y,
por fin, «hay información, decían
los Inquisidores, que el dicho Pedro Sarmiento fué
azotado públicamentl¡l en Nueva España, en la Pue–
bla de los Angeles, porque había hecho
y
ordenado
una estátua con un sambenito
y
una sentencia en
forma contra un Diego Rodríguez de la Puebla,
vecino
y
encomendero de aquel pueblo, á interce–
sión de unos sobrinos del Obispo de Taxcala, ques–
taban mal con el dicho vecino,
é
que por la dicha
sentencia condenaba por el Santo Oficio de la In–
quisición á ser quemado el dicho vecino.»l2
Tales hechos, sin embargo) si bien eran graves
en concepto de los jueces, les importaba todavía
más hacer valer el anterior proceso del reo para
acompañarlo á la causa contra fray Francisco de
la Cruz. Pidieron, en consecuencia, la causa al
Arzobispo) quien se las envió en
22
de Enero de
1574, «la cual vista por nos, pareció que para le
examinar cerca del negocio de fray Francisco de
la Cruz
y
para ratificarse en su dicho y para que
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Libro 760, hoJa 36.