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INQUISICIÓN DE CHILE
En el Perú los verdugos fueron de ordinario legos
de Santo Domingo .
Los preliminares de la diligencia de tortura se
reducían á amonestar al paciente, á medida que
se le iba desnudando, para que dijese la verdad.
Los instrumentos que consta se usasen en el Tri–
bunal cuya historia hacemos, fueron el potro, las
vueltas de mancuerda,
4
la garrucha y el agua, que
se echaba por la boca
á
los reos, teniéndolos ten–
didos para arriba. No contamos la mordaza ni los
4 Para no extendernos más de lo que permiten los límites de esta
reseña, damos aquí la forma en que se aplicaba sólo este tormento:–
«Para el de mancuerda se pone al reo sobre un banco, en pié, arrima
4o
á
la pared, y aquí estando desnudo se le afianza por los molledos
de los brazos contra dos
argolla~,
que están fijadas en la pared, en dos
cordeles y el cuerpo con dos cinchas cruzadas por los hombros que
pasan por encima de la cintura con otras cuatro argollas, y en los
pulgares de los piés se ponen dos cordeles
y
se aseguran en otra ar–
golla y le cruzan los brazos y afianzan por los codos
y
muñecas en
dos cordeles, poniendo para la mancuerda sólo un cordel delgado que
ajusta entre)igadura
y
ligadura,
y
por dentro un garrote, y para dar
la vuelta se quita el banquillo
y
pendiente de las fianzas, con el ga–
rrote el verdugo da una vuelta al rededor sin tirar,
y
se 1lama vuelta
la cantidad de cuerda que encoje el garrote, dándola,
y
tira el minis–
tro así así por dicho cordel
y
garrote,
y
habiendo tirado lo que parece
bastante, se manda afianzar con una mano
y
con la otra dar otra
vuelta
y
desta maner'!- se suelen dar de tres
á
siete vueltas, para que
hay capacidad,
y
entre vuelta y vuelta se amonesta al r eo dos veces
diga la verdad_.
«En el potro se tiende al reo y le ligan con ocho cordeles con los
molledos de los brazos,
y
anillos, muslos y espinillas, y en cada cordel
se pone un garrote
y
se van dando las vueltas que parecen necesa–
rias, pero cada una no coje más que un cordel ni atormenta de otra
parte,
y
á lo que encoje del cordel dando vuelta al rededor de dicho
garrote se llama una vuelta, y se suelen dar las primeras en todos
Jos cordeles
y
algunas segundas, conforme
á
la calidad del reo y de
su causa.
México
á
tl"avés de los siglos,
II, 419.
Remitimos á esta obra al lector que desee más pormenores acerca
de los tormentos inquisitoriales.