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~r[ientras
tanto, s in duda por causa de haberse au
sentado el
P.
~Ianrique,
primer comisario de lalnqui–
sición, había sido reemplazado, según creemos, por
otro fraile ele
la misma orden de San Agustín,
Fr. Diego Muiíoz, hombre joYen, que fué
á
la yez
]WOvincial de aquella proYincia,
y
que mm·ió en
1594.
r
A éste sucedió, al parecer, el dominico fray
Miguel de San Jacinto, al menos hay antecedentes
que demuestran que en Febrero de 1612 ejercía aquel
cargo.
2
?\o podríamos afirmar
á
cual ele éstos correspon–
dió sustanciar las causas de algunos reos que salieron
en los autos públicos de fe de 25 de Marzo dP 1G01 y
20deAbril de 1G03. Uno de los clelprimerollamábase
Hernando de CaraYajal, sevillano, yecino de Manila,
que siendo cas¡:¡.clo en su patria, contrajo segundo
mairimonio con Juana ele Quesada, hija del capitán
1.
Según la carta de los Inquisidores, fecha 28 dt: Abril de
rS87,
que queda transcrita más atrás, el P. l\lanrique se fué á
E~paña
camino de la India, antes de Abril_ de
1S87.
De modo qÚe :\luñoz ha
debido entrar á sucederle en esos
mi~mos
dias, ó muy poc0 después.
No hemos encontradL) en lo documentos noticia alguna al respecto,
ni aún del nombramiento de Muñoz, que tomamos de Grijal\·a, folio
199 vuelta.
Respecto del segundo comisario de la Inquisición en las Filipi–
nas, nos dice ese autor que fué hijo de la casa de San A¡ru tin de
México, donde tomó el hábito, tan mozo, que más tarde hubo de
renovar su profesión en tiempo oportuno. El cronista agustino nos
informa que Fr. Diego l\luñoz, «fué uno de los más esenciales reli–
giosos que aquella provincia (Filipinas) ha tenido, por erudición de
letras,
y
con incomparable virtud de su vida... Fué comisano del
Santo Oficio de la Inquisición, añade,
y
ejercitó aquel oficio con
grande gusto de los señores Inquisidores,
y
con grande aute>ridad
del oficio.»
2.
Fr. Miguel de San Jacinto era natural de Cáceres, en Extrema-