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LA INQUISICIÓX
Finalmente, por los años ele 1800, un comerciante
y vecino de Manila, llamado D . Ventura ele los Re–
yes, entregó un ejemplar de la
Enciclopedia,
solici–
tando permiso del comisario Fr. Nicolás Cora para
leer sólo los artículos que tratasen de ciencias físicas
y matemáticas á que era muy aficionado, .y consul....
tado el caso á México, se mandó recoger la obra, si
bien el Consejo condescendió más tarde en dar la
licencia, con la cláusula de que á la muerte de Reyes
se deYolYio e el libro al comisario.
Tal es la hi toria ele lo que fué el tribunal del Santo
Oficio en hlipinas . Para tern1inarla sólo nos resta
decir que por decreto de las Cortes li berales ele 1810,
se declaró abolida la Inqui sición en toda la monar–
quía espanola, y que restablecida después por Fer–
nando VII, quedó totalmente exti nguida por real or–
den ele 9 ele Marzo ele 1820, con arreglo al decreto
do las cortes
extraord inaria~ ;
mandando á la Yez se
.pusieran en libertad todo.-lo::; presos. En consecuencia
de esta resolución, el gobernador D. Mariano Fernán–
cloz de Folguoras escribía c)escle Manila con fecha 14
do Ago to de 1821, al lVIini st ro de Gracia y Jus1icia.,
que para el cumplimiento de aquella soberana dis–
posición, la habi a comunicado ya al
R..
P. Comisario
y allVIetropoli tano, <<para que ambos tuYie en eono–
cimiento do aquella medida. »
La denunciante del P. Busquet fué una distinguida señora, hija
de un titulo de Castilla,
y
casada con un regidor de Manila, que des–
de la edad de quince años
y
hasta ¡Jos veinte fué confesada del
jesuita.