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LA 1::\QUISICIÓ.N
sermúJJ ,
y
por la pri esa que e dió el Ordin a ri o, pue–
de V. S .
I.
echa r de Yer 4u é ruid o cau sarí a el er–
món , cua nd o se tira ba n
á
hu1·t a rse la s ll OI'DS los tri–
bun ale . Ell o e - que Go berm1d or, _\.rzobi s po
y
Co–
mi c::;a ri o dC' I Sa nto Oflcio pidie ron el ermó11. ?\o
entregó el P . P a tin o el sermón el mi smo día, por lo
qu e consta de s u
resp ue~ t a.
\unqu e yo no he podi–
do hasta ahora
per~u adirrn e
de qn e nn reli g ioso de
tan poca práctica en el ejercicio del púlpito
y
que
no había precl ica do h a;o:; ta e nlonco · sermón a lg uno
en Ma nila, en concurso ig ual, tu\·iera ta nta f<teiliclad
y
felicidad en el decir qne pudiera esta r por una
hora perora ncló.
~ in
el a uxi lío del pa pel,
~-
nadando
sine contice,
in qu e de mayara n los bmzos; e l pre–
dicar de repente lo he vi, to e n muchos, pero en
principia 11le
y
ti mnes, s inó en los qu e des pués de
muchos s ud ores perd iera n el miedo a l púlpito. Digo
es to porq ue te ngo por d ila toria la excusa que dió
el predicado r cua ndo se le pidió el sel'JTlÓIL En
cuanto
á
la.. circnnstu
nc.iaen qu e se predicó, a pun–
taré breveme nte los ucesos
á
qu e hace a lu s ión. El
día ele P e nteco ' tés de setent a
y
un o, e t.m'O la pri–
mera esión del concili o p ro vincial. nt cs de ella,
en un a j u nta pú bli ca
y
previa al concili o, qu e se
tuvo en el palacio a rzo bi s pa l, e desazonó el obi spQ
de Cama rin e ,
y
se desentonó ta n nota blemente que
ya comenzaron
mu ch o~
á
dese pera r que el concilio
se cele brara; Yoceó, g ritó
y
al cabo e salió furibun–
do, y todo el ruido era sobre la elección ele ecretario
. y
sobre el modo ele firmar lo decretos . E l Obispo de
Cama rines tenía de su partido
á
todos los francis–
canos, ag us tinos, recoletos y seculares que seguían