EN LAS ISLAS FILIPINAS
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nuando su denunciación, los calificadores se atre–
vinn
á
impugnar aún la obra de un obispo: «En un
librito ele om
y
utilísimo para todos los tagalos, im–
preso en
~fanila,
en 8.
0
,
decían, que consta de trein–
ta
y
dos fojas,
y
se intitula
Carta Pastoral
delllus-
1risimo Sr. Dr. D. Diego Camacho
y
Avila, arzobis–
po de Manila
y
electo obispo de Gnadalajara,
á
sus
amados hijos, naturales ele las provincias de los ta–
galos, al fol. 9, etc.»
Remitido el exped iente al Consejo, en carla de 22
.de Octubre ele 1773, se resol ,·ió, en 27 ele Enero del aflo
.siguiente, que se hicie e buscar en México ó Manila
los libros delatados
y
que se examina e por peritos
la traducción prcseutada,
y
después ele reconocida
por los dos padres agus tinos que di eron su califica–
ción en
~Ianíla
(y
cuyos nombres 110 constan) Jo
viesen, YO!asen
y
remitiesen al Consejo.
Do. anos después ele esta denunciación, circulaba
.en Ma1tila un maninesto ele las monja. de un con–
Ycnlo' ele aqnella ciudad, con el siguiente titulo:
c<La priora
y
clemfls rcligiosas del mona, torio ele
Santa Calal'ina ele Sena, el e las Terceras de
N.
Pa–
(]ro Slo. Domingo clo la ciuclncl do i\Icwila, en defen–
sa ele sns \'O los solem11os
y
ele sn honor pmfanado
públicamente por la l\Indre So t' Cecili a ele la Circun–
ci. ión,
y
de sus defen oros, proponen al mundo el de–
recito ele su so lem ne 1wofos ión
re ligio~a.
Y
asim ismo
cleclaran con su religiosidad el más puulual arregla–
miento
á
las reales determinaciones de S .
M .
C.
y
á
las cristiana disposiciones ele su gcan bienhc–
c hol', dotador
y
fundador D. Juan de Escaño, varón
(le eterna memoria.
Y
nnalmentc para echa r la llave