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LAS ISLAS FILIPINAS
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y
oidores para ·prender á
D.
Diego, buscandounos ea–
mino
tan desproporcionados
y
unos con ultores de
tal cualidad,a;únpara un caso de mucha justificación.
((Es cierto, seilor, que don Diego parece no cnru–
plía con la· obligaciones ele bu
en cristiano
y
mi-
111stro ele Su 1\Ia.jesíacl,
y
que su
coclic.ia.fué grande,
y
que tuYo pocas
ó
ningunas atenciones en proceder
bien,
y
que con ello ·e concilió por enemigos
á
todos,
y
ellos, con la ofensas, malos tratos
y
robos, se cons–
piraron con el comisario, como presumimos, entran–
do en ·todo oidores, ciudadanos, eclesiá::;ticos, seeu–
Jares
y
regulal'es,
y
juntos di pusiemn destruir
ft
D. Diego la honra, vida.
y
hacienda,
y
neco. it.a ele
graYe reparo
y
exemplar ca:;tigo, con demostración
en aquella cillclad é
I ~ las
para el escarmiento de tan
grave abuso
y
que todos e tén ent.enclidos que este
Tribunal no procede
á
castigar excesos que no le
pertenecen, ni
e ~
e._cuclo para que, él mediante, ven–
guen con tanta horribilidad pasiones
y
odios,
y
se–
pan los mi11istro hay castigo para .·us ex:ceso , ma–
:yormente como el causauo,
y
do otra manera no
erá creiclo ni -rouerado esto Tribui1al, ni s u pro–
ceder
justiflcac.lo,mayormeuto en tierras tan aparta–
das de lo· ojos ele
Y.
/L
y
asi os bien
y
juzgamos
necesario que
el
exemplar ele casiígo llue se hiciere
sea en
~Ianila,
para que ::;o integroai!J en cmu11,o se
ha perdido, pues en lo tocante á la causa rulinina'da
contra D. Diego se debo
j
ustamento dar satisfacdóu
en este Tribunal, haiJicnclo parte para que, ya que
ha perdido la -riela
y
hacienda, se integre su honra
y
fama. en cuanto ··o pueda, ya que este
Tribm~al
no
ha podido obrnr lo demás.