E:-¡ LAS ISL.\.S FILIPIXAS
113
se decía como D. Diego se había de ir por allí, y
á
que oyeron á Aguayo, defuncto, que en BataYia se
decía lo dicho, y que el gobernador dijo había de
irse por alli D. Diego,
y
que era su amigó y de
nuestra religión
y
á qLle Juan García Serrano, des–
de México escribió lo
ya
referido.
«Y
dello parece no se puede formar juicio pru–
dente para temer se huyese, porque el vicario de
CaYite á quien se refieren lo · más que dicen del
aderezo ele la galera, dice se mandó aderezar para
efecto de que si no pudio en entrar las naos que
iban .cle :1\ucYa Espaüa I orlas bocas de Mari Vélez
con el impedimento de vcndabales, las remolcaran
con ellas,
y
cuando .esto es expreso,
y
que para el
efecto referido se mandó aclerezur,
y
no se prueba
con expresión lo contrario, debemos creer fué p.ara
lo dicho
y
no para lo que los demás testigos presu–
mieron,
y
juzgar lo mismo de las otras dos galeras;
y
que, como esperaba subcesor, hacía prevención de
ropa para la naYegación á esta
~ueva
Espaüa,
y
no
para BalaYia; porque para ir allí muy poca había
menester,
y
para hacer aquí el Yiuj e, la que prevenía,
porque para él necesitaba de mucha, á causa de estar
en la mar basta nueye meses;
y
lo de los baúles no
hace fuhza pues cuando los mandó' hacer mandó
también aderezar la carroza,
y
que los hiciese no
indica querer hacer fu ga
inó preYenirlos para su
vuelta,
y
lo escri pto por el Serrano se desvanece,
pues al presente tiene D. Diego mucha hacienda en
esta ciudad y la ha tenido siempre en sus correspon–
dientes;
y
con Jo propuesto queda convencido el que
_para dar _el Comisario: alguna sombra á su apasio-
s