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LA
I:\QUISI CIÓ~
cedo la denunciaciones que
á
e te Tribunal remitió,
dicen los inqui
id ore~,
y
que después había dado
principio
á
nueva cau a, que era la que en la carta
r emitía
y
juntamente pro a la per ona del dicho
maestre de campo D. Diego de Salcedo.))
Al mismo tiempo que recibían el proce o
y
la carta,
tuviemn noticia lo
Inqui idore. de que
alcedo ha–
bía fallecido en el viajo.
Urgta, pues, dar cuenta al Consejo de uceso tan
gravo, sobre todo do pué do las órdene
recibidas
para la suspen ión
el
n
cau ~a."
La partida de un
a' iso para Espaila estaba· preci amente anunciarla
para el10 ele aquel mes. poro como conYonía enYiar
noticias al Consejo, pidieron al Virro) que tuviese
á
bien demorar tres ó cuatro día la salida del avi–
so mi entras ello
sacaban un extracto de la cau ·a
y
la remitían al Con. ojo.
He aq ui ahora lo que anti paban
A.
éste, como co–
mentario
á
la relación ele la c¡:msa de Salcedo .
«Ahora, seüor, nu e tro sentir es que lo obrado
y
ejecutado por el comisario h a s ido el mayor abuso
ele jurisdicción que ha hecho ministro,) principal–
ment e del Santo Oficio,
y'
el atropellamiento de jus–
ticia y dal'w irreparable en honra, vida
y
hacienda,
el mayor que ha cau. ado hombre, con do crédito
y
daüo gravísimo al ju Lificado proceder y atención
y
prudencia con que obra el Santo Oficio
y
sus minis–
tros deben ejercer en lo que les toca, nacido todo de
pa ión
y
mal ánimo contra D. Diego,
y
todas- las
deposiciones están mostrando que fué liga de los tes–
tigo~
y
el comisario,
y
por otras cartas se muestra
que también de los oidores, por usurparse el gobier-