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LA.
INQUISICIÓN
dad que V. S. no puede conocer desde allá; demás
de que estoy informado de persona fidedigna, que le
viene muy de atrás el ser opuesto á cosas de la fee,
por descender de enemigos de ella;
y
así·, descargan–
·clo n1i conciencia, digo que pasa por cuenta. ele la de
·V. S. los absurdos que este-hombre hace y hiciere
con su comisión ele que está usando y atemorizando
á los vecinos que, como tan temerosos de Dios é ig–
norantes de la inhabilidad en que está, acuden á sus
·llamados y mandamientos como si no estuviera des–
comulgado,
torna~do
el dicho comisario poi; capa de
los delictos que tiene
y
está haciendo, el sedo de ese
Santo Tribunal, á que no será bien dé lugar V. S .,
sustentándole en el oficio, antes bien será muy gran
servicio de Dios, nuestro señor, deponerle de él; y
para que V. S. esté advertido de la persona á quien
lo podrá encargar descargando su conciencia, pro–
pongo
a
ese Santo Tribunal la de el maestro Juan
Vizcaíno de Agüero, canónigo de esta Iglesia, mi
provisor
y
vicario general, .hombre docto y de cono–
eida virtud, experiencia y calid:ad, con quien segura–
mente se descargará la conciencia, porque en el que
hoy está el dicho oficio tiene los defectos que he re–
ferido, y el de estar obstinado y sin esperanza ele
merecer beneficio de abso_lución, por no esperarse
recipicencia en él, sin la cual no puedo ser absuelto
ni usar de jurisdicción, pues ningunalc exceptúa ele
la ordinaria
y
metropolitana, por quien está excomul–
gado. Quedo confiado. de el gran celo y cristiandad
de tan grandes ministros, 'acudirá V. S. al mayor
servicio de Dios
y
seguridad de las conciencias de
los súbditos ele este pobre obispado
y
su prelado, que
tan afligido tienen los que le debían ayudar.-Con–
que guarde Nuestro Señor á V. S. muchos años para