DOCUMENTOS
LXTII
Diego de la Vera decía había ól dicho que vivía tan
limpiamente y tan bien como los ángeles, y que lo
tornaba á decir, y que le andaban amenazando con
el Santo Oficio de la Inquisición, y que no se le daba
una capañeta, y la dió por el Santo Oficio;
y
que,
aunquél hiciese
y
dijese cosas tocantes al Santo Ofi–
cio, que no tenía que ver con él, y que así, no se le
daba más que hubiese Santo Oficio que no le hu–
biese; y que en cuanto á lo que á él tocaba, no ha–
bía necesidad de Santo Oficio, y que lo hu.biese ó
no, no se le daba nada, y
otra~
cosas escandalosas
acerca destoque no me acnerdo bien .
ltem, en la dicha ciudad de Nuestra Señora de
Talavera de Esteco descasó un indio yanacona de
Sant Francisco el presentado fray Francisco Vás–
quez, por dar gusto á una mujer que se lo pidió, y
el dicho obispo casó con otro indio la india, siendo
vivo el marido primero y habiendo sido casado legí–
timamente por su propio cura, conforme al santo
Concilio de Trento, y ha descasado á otros tres es–
pai'loles entrellos.
Item, manda la Santa :Madre Iglesia que el mari–
do haga vida con su mujer, y el dicho obispo sacó
consigo de las provincias del Tucumán á este reino
del Pirú á un fulano de Rúa, casado, que ha muchos
días ancla huyendo de su mujet', y la justicia real le
prendió para Yolverlo á su mujer, y el dicho obispo
le puso en la tablilla al tiniente, y de participante,
y quiso poner entredicho, hasta que lo soltaron, y
así lo tt·ajo y apartó de su mujer para que no hicie–
se vida con ella.
llem, mandó leer en todas las iglesias de su obis–
pado un edito
ó
ordenan;z;a,
y
á ciertos casos que re–
serva en él para si, manda que aunque tengan la