DOCUMENTOS
LXIX
cha· ciudad de Talavera se sabrá la verdad de esto.
Item, dijo: que estando en la dicha ciudad de
Nuestra Señora de Talavera en Tucumán, fué este
testigo á vi·sitar al dicho Obispo á la casa
y
mones–
terio de Nuestra Señora de las Mercedes, donde po–
saba el dicho Obispo,
y
estando con él este testigo y
el deán de Tucurhán, cuyo nombre no sabe, aunque
cree que se llama Saucedo, y Pedro Morillo, sindico
de San Francisco, y el escribano de ·la ciudad, que
también .no se acuerda de su nombre, y otros mu–
chos, elijo el dicho Obispo en presencia de este tes–
tigo y de los demás, que más quería ir á Potosí que
al cielo, y de ahí á un rato, pareciéndole mal al dicho
deán, dijo al dicho Obispo: «yo, seftor, rnejoP que–
rría ir al cielo que á Potosí)), y el dicho Obispo res–
poudió: <<que él había dicho católicamente, y que no
lo entendía el Deán, porque quería más ir á Potosí
á padecer martirio entre aquellos indios bárbaros
que había en el camino, para volver por su Iglesia)).
Item, .dijo: que habiendo un día el teniente de la
dicha ciudad de Nuestra Seüora de Talavera preso á
un fulano Pancracio, natura] del Pa.raguay
1
por
mancláclo del Gobernador de Tucumán, sin cuya li–
cencia no portia salir ninguno de aquella goberna–
ción, y el dicho Pancracio se quería venir con el di–
.cho Obispo al Pirú, siendo casado y en el Paraguay,
y el dicho Obispo dijo que el dicho tiniente le solta–
se al dicho Pancracio, y sobre e'llo lo excomulgó y
puso en la tablilla, y en presencia de este testigo y
del dicho chantre Pedrero y otros, dijo el dicho Obis–
po: «pues no me le haya soltado mañana, que·haré
cosas por donde no solamente tiemblen los hombres
que son cristianos, pero los ángeles del cielo haré
temblar» . .