LXXII
LA INQUISICIÓN
después acá ha sobrevenido una declaración de fray
Diego de la Vera, que será con ésta, y ansimismo de–
claró en esta audiencia un cura de la iglesia mayor
lo que parecerá por la copia que también será con
ésta, de que pareció dar relación á
V.
S.,
y
no se
le dijo que lo jurase porque no pareció que impor-–
taba.
Y tamhién escrebimos á V. S. que el dicho Obispo
de Tucumán, después de la notificación de las cédu–
las de S . M., en muchas cosas se ha habido como in–
quisidor, nombrándoselo, trayendo el nombre de el
Sancto Oficio á mano para cuando quería poner mie–
do, y esto consta por muchas
informacione~
que
hay en esta Inquisición. Demás ele lo cual, habiendo
venido el Obispo á esta ciudad al sínodo provincial,
trajo unas informaciones, y pretendiendo (como se
ha visto claro) desacreditar al Gobernador de aque–
lla provincia, las mostraba á personas que le iban á
visitar, diciéndoles que contra el Gobernador
y
otros
traía cosas tocantes al Saneto Oficio, por donde pa–
recía no ser católicos, y así vino á nuestra.noticia, y
con el notario de el Secreto le envié
á
pedí r las infor–
maciones y él las envió,
y
habiéndolas visto, parece
que de todo lo más que hay en ellas habían el Obis–
po y su vicario enviado copia á este Sancto Oficio,
y así en lo que tocaba á él, si algo es, no había para
qué el Obispo hobieso dejado allá el original. Hay
en el interrogatorio cosas que el inquirir acerca do–
llas pertenece al Sancto Oficio, y porque la segunda
pregunta de él es extraordinaria, pareció ponerla
aquí para que V. S. la mande ver, que es ésta:
«Itom, si saben de qué generación y casta es el di–
cho Gobernador, y si es público y notorio
q.ueel su–
sodicho es judío natural, de señal conocido, y si su