LVIII
LA INQUISICIÓN
Rodríguez Guerrero ·y Francisco Jiménez, so pena
de un mill pesos de oro á cada uno, aplicados de
esta suerte, se presenten y parezcan personalmente
en el Santo Oficio de la Inquisición, para que allí
sean purgados de los delitos y causas que en- este di–
cho proceso hay contra los susodichos pertenecien–
tes al dicho Sancto Oficio de la Inquisición; que desde
aquella hora y punto remitimos este dicho proce–
so á los muy illustres seiíores Inquisidores apostóli–
cos de los reinos del Pirú, conforme á lo mandado
é proveído por los dichos seiíores Inquisidores en
este dicho obisp.ado; y acabados estos negocios en
el dicho Sancto Oficio, si el Concilio provincial que
actualmente se está celebrando no fuere acabado,
citaba é citó á los susodichos para que personalmen–
te parezcan en el dicho Concilio, para que allí sean
castigados de los delictos cometidos, ansí contra la
persona de Su Seiíoría Heverendjsima como contra
esta sancta Iglesia; y porque coñ1o juez conservador·
procede también en esta causa en lo que es de dere–
cho de conservador, les mandaba y mandó estén
á
derecho en la ciudad de la Plata dentro del dicho
tiempo con los frailes de Nuestra Seiíora de laMer–
ced;
y
porque el dicho Gobernador, como hombre
que hace poco caudal
y
mucho menosprecio de lo
proveído é mandado en el Sagrado Concilio de Tren–
to, ha publicado
y
dicho en esta gobernación que
puede hacer, y de fecho ha fecho informaciones con–
tra Su Seiíoría Reverendísima, que le mandaba
é
mandó que dentro de ano y medio después de aca–
bada la causa y causas, ansí en el dicho Sancto Tri–
bunal como en el dicho Concilio, y después de ha–
ber estado á derecho con los dichos frailes @e Nues–
tra Seiíora de la Merced, se presente personalmente