EN EL RÍO DE LA PLATA
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Por su parte, el comisario don Fp.bián de Al,dao
decía que todos los eclesiásticos del cabildo
y
clero
ele Buenos Aires no habían querido
acE~.ptar
el p'uesto,
que era el más pesado que había en Indias, y qüe ha–
biéndose manejado con celo y acierto en los «infinitGs
negocios que habían ocurrido en la capital y ocurren
cada día,)) pedía, en consecuencia, que se le remu–
nerase su trabajo.
r
En el Consejo no podía establecerse semejante pre–
ce9ente, y así se le contestó que se le abomirían los
gastos precisos del oficio y se le protejería en sus
pretensiones.
2
El gobierno había venido exigiendo el pase
á
los
títulos de los comisarios, como había sucedido en
los años de 179i
y
1799 al doctor don Carlos José
:'
·Montero y
á
don Juan José Ortiz;3 en cuya conformi-
dad Sobremonte dirigió en 21 de Abril de 1806 un
oficio al Gobernador del Paraguay, que había pre–
tendido publicar los edictos de fe y an_atema, orde–
nándole que lo hiciese en forma
priva~a.
Con vista del oficio c;lel Virrey, el Fiscal, á quien se
pasaron los antecedentes, manifestó que aquello ha-
1.
Carta de 4 deJ•unio de 1807.
2.
Acuerdo de 4 de Enero de 1808.
3. Otro de los comisarios del Santo Oficio en Buenos Aires fué el
doctor de Carlos de San Martín
y
Avellaneda, que babia comenzado
á
ejercer ese cargo en 1757, según consta del siguiente impreso:
~
1
Relacion
1
de la literatura,
1
grados, meritos,
1
y
servicios
1
del Doctor Don Carlos
1
de San Martín
y
Avellaneda, Cura de Natu–
rales en la Parroquial
1
de San Nicolas de Bari de la Ciudad de Bue–
nos-Ayres, Exami-
1
nador Synodal de aquel Obispado, Comisario,
y Calificatlor
1
del Santo Oficio de la Inqui·sicion de la Ciudad de
Lima,
1
en la referida de Buenos-Ayres.
Fol.-4 pp. s. f.-Madrid, 28 de Julio de f764.
En el propio año de 1757 babia sido nombrado comisario del Pa–
raguay por el Consejo, don Antonio de la Peña.