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LA INQUISIC1ÓN
Pero apesar de.que el Tribunal pasó un oficio al
Obispo recomendándole guardase al comisário sus
fueros,
y
aunque mandó levantar información con–
tra el cura, éste supo hallar medio ele burlarse de
nuevo del comisario en dos ocasiones de l-ecturas
de edictos, en una, comenzando con sus diaconos á
entonar el credo cuando aquél leía el
~dicto,
y
en
otra haciendo que se echasen á vuelo las campanas
de la iglesia.
1
Tal es el último asunto relativo a la .Inquisición
ocurrido en el antiguo virreinato del Río de la Plata
ele que tengamos noticia. Como se sabe, por decreto
de 22 de Febrero de 1813, las cortes abolieron el Tri–
bunal del Santo Oficio de la Inquisición e11 todos los
dominios espaüoles, decreto que no tuvo para qué
cumplirse en las provincias argentinas, como que
desde hacía tres años habían proclamado su inde–
pendencia de la madre patria.
1.
Expediente ele la materia, retmtido al Consejo con carta de los
Inquisidores de
20
de Enero de u3o6.
En el Consejo no pasó desapercibida la conducta del obispo don
Benito de la Lue
y
Riega,
y
se dispuso que se le dirigiese oficio por
el Tribunal de Lima. Es curiosa la carla del comisario de Buenos
Aires. el doctor don Fabián de Aldao,
á
su colega de Corrientes, á
propósito de este incidente en que le anuncia la visita del prelado:
«El Obispo viene ya de regreso de la visita. Estará aquí
á
últimos
de este mesó principios del que entra. Ha hecho diabluras en la
visita. Es el más desaforado loco que nos ha venido del otro lado
de los mares. Al cura de Montevideo, no obstante que posaba en
su casa, que le daba_ de comer y lo ha obsequiado completamente
los treinta
y
siete días que estuvo allí, por las desavenencias que
tiene con el
sacrist~tn
Echevei-ría, le dijo que lo había de secar en
una cárcel. Al cura lo ech6
á
la cama
y
queda bastante malo. Des–
pués de Pascua sale para allá, que será en Abril: tendrán los clé–
rigos de Corrientes este vegigatoríon.