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LA INQUISICIÓN
res se excusó de ser alcalde ordinario don Juan de
Eguía, por s·erfamiliar.
Por otra representación, aquéllos pretendieron ex–
cusarse también de los empleos del consulado, y so–
bre esto se pidió informe al Virrey, sin que el-asunto
pasase por (imtonces más adelante, según parece,
pero que bien pronto había de renovarse por un mo–
tivo análogo.
En efecto, el Cabildo en carta de 26 de Enero do
1804
manifestaba al Rey que cuando en virtud ele la
real cédula de
28
de Julio de
1802
se creía con facul–
tades para obligar á los familiares del Santo Oficio
á que admitiesen celos cargos de república>> se eneon–
tró con que habiendo sido elegido alcalde -de segun–
do voto don Juan Ignacio de Escurra, éste se excusó
fundándose en la misma real disposición que, según
él, era meramente facultativa. Tramitado un expe–
diente, el Cabildo hubo de exhonerar á Escurra del
carg<;>, reservándose rept.esentar al Hey lo que pasa–
ba:, y, en efecto, decía: <<Si entre los privilegiados hay
algunos á quienes por ningún motivo deba con–
servarse el privilegio
y
exención de estos cargos, son
precisamente los familiares del Santo Oficio en esta
ciudad: no se les conoce en ella ocupación alguna
con respecto á sus oficios; nada tienen que hacer en
causas de herejía, ni otras que las propias de su
jurisdicción; se hallan revestidos de un título colo–
rado, que solicitaron sin otro objeto que excusarse
de servir
á
la patria, donde labraron sus fortunas y
engrosaron sus haberes, titulo de que sólo echan
mano cuando se les elige para cargos de la repúbli–
ca, y de que no hacen concepto cuando son elegidos
para los del Consulado, que admiten y sirven gusto–
sos ...
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