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LA INQUISICIÓN
pueden errar, y nunca ha creído ríi tenido lo con–
trario ... )} ·
«Respondiendo á los testigos, dijo, debajo de jura–
mento, que muchas veces había defendido al Gober–
nador porque había querido quitar á los vecinos el
servicio personal de los indios, y les dijo que el
Gobernador lo encomendaba á Dios y mandaba decir
muchas misas, y que si por orden ele Dios hacía
aquellas cosas, inclinándole á ellas,·que le parecía
no e!'raba; y que los reyes y gobernadores por Dios
estaban, y los corazones en su mano para gobernal'–
les y inclinarles lo que habían de hacer: y que esto
es lo que dijo, y no que no podían errar en ninguna
manera, porque desde sus tiernos a1ios sabe que
todos los hombres están sujetos á errar; y á lo demás
de los testigos se remite
á
sus confesiones, y negó
haber dicho lo demás que le testifican; y en el tiem–
po que se fueron á ratificar los testigos escribió á el
dicho Gobernador y otras personas todo el discurso
de su causa, y lo que le habían acusado, previnién–
dolos para que viesen quienes eran los testigps -y saber
lo que había de hacer paea su defensa, declarando
en, las dichas cartas el secreto que se le había encar–
gado guardase, so cargo del juramento y censuras
que le fueron puestas, las cuales cartas vinieeon á
manos del comisario abiertas, y nos las !'emitió,
y
most!'ándolas al dicho reo, las reconoció y elijo ser
suyas y que las escribió; y en cuanto á revelar el
seereto, entendió no tenia censuras, y corno en Tu–
curnán sabían que había venido preso por el Santo
Oficio, paea que no entendiesen-que era hereje, ha–
bía escl'ito su causa y estado de ella, y no con otro
animo ni intento. Diósele traslado de la dicha publi–
cación ,
y,
tratado con su letrado, hizo defensas en