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LA INQUISICIÓN
tuamente
y
enviado á servir á la.s galeras del Mar
del Norte, por galeote al remo
y
sin sueldo, tiempo
de diez
años~
y
cumplidos que fuesen, desterrado á
España.
Era natural de Santiago el bachiller
y
abogado
Gabriel Sánchez de Ojecla, procesado por desacato
al Santo Oficio. Contaba Sánchez de Ojeda treinta
y
siete años
y
resirlía en Santiago del Estero, sirvien–
do de asesor al gobernador de Tucumán, cuando por
el mes de Febrero de
·1607
fué testificado de que
estando en conversación con eierta.s personas, tra–
tándose de -algunas quejas que los vecinos tenían
del Gobernador, había sostenido que «los corazones
ele Íos príncipes
y
gobernadores estaban en la mano
de Dios
y
no podían errar,
y
que así no erraba el di–
cho Gobernador en lo que hacia...
>>
Lo peor del ne–
gocio para el bachiller
y
abogado santiaguino estaba,
sin embargo, en que le acusaban de que eraenemigo
capital.del Santo Oncio, «mostrándose contrario
á
los
ministros
y
oficiales dél,
y
aconsejando al dicho
Gobernador no les guardase sus fueros
y
privilegios
. y
los prendiese
y
secrestase sus bienes, como lo hizo
con el notarjo d€11 Santo Oficio ele aquella ciudad,
haciéndole muchas molestias,
y
con otro que en su
ausencia hizo el dicho oficio,
y
que tomase Jas car–
tas que el Comisario nos enviaba
y
las abriese
y
viese lo que en ellas venía,
y
escribiendo cartas ma–
liciosamente al Santo Oficio contra el Comisario
y
notario, poniéndoles faltas
y
publicándolo en todas
las villas
y
lugares donde se hallaba;
y
asimismo
trataba mal de los demás ministros
y
familiares,
haciendo escarnio
y
mofa de ellos,
y
que todos eran
oficiales,
y
que el Santo Oficio no podía prender sin
pedir el auxilio real)).