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LA INQUISICIÓN
misa; vaya al diablo misa>>: cuyas palabr?c::; se cali–
ficaron de blasfemia, y obligado á presentarse en Lima
-desde la Plata donde se hallaba en Febrero de
161f,,
fué castigado en la sala de audiencia.
En
1617
fué penitenciado Cristóbal Rodríguez Col–
menero, cirujano y barbero, denunciado en Córdoba
en
1614
por bígamo .
En el auto de fe de 21 de Diciembre de 1625 el pa–
dre Manuel Núñez Magro, portugués, de más de
sesenta años, testificado de que residiendo en Tucu–
mán en
1607
,había diclilo varias proposiciones que
tuvieron calidad de escandalosas, le fué mandado
presentarse en Lima, corno lo hizo, siendo recluido
en cárceles secretas y suspendida su causa en Enero
de
1616.
Pero habiéndole sobrevenido nueva testifi–
cación, entró otra vez en la cárcel en
1623
y en ella
murió, siendo exhumados después sus huesos, sa-
. caclos con su estatua en el auto
y
entregados á la
justicia seglar para ser quemados.
1
Junto con la estatua del clérigo Núñez Magro fué
sacado al auto otro portugués llamado Juan Acuña
ele Noi'onha, mercader que había sido en Santiago
del Estero, hombre ele edad ele cincuenta años, testi–
ficado por treinta testigos ele veintisiete proposicio–
nes que tuvieron calidad, <csiu otros dichos y hechos,
que le hicieron vehementísimamente sospechoso de
judío.>>
Le testificaron, en efecto, «unos de que era descen–
diente de judíos y que siempre hablaba de cosas del
Testamento Viejo y mal de sacerdotes y religiosos
y que nunca nombraba á Jesucristo ni su bendita
r.
Los hechos que motivaron la nueva prisión del reo no atañen
al Rio de la Plata.