EN EL RÍO DE LA PLATA
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cuadas á quienes confiar los cargos de comisarios,
venía añadirse respecto del Río de la Plata otra no
menos grave, la enorme distancia á que quedaban
de Lima los pueblos hasta entonces fundados en su .
distrito: dificultad que uesde un principio llegó á pa–
recer tán insuperable á los miembros del Tribunal,
que, aún cinco aiíos después de establecido éste, no
podían menos de manifestar al Consejo de Inquisi–
ción que siéndoles punto menos que imposible aten–
der los negocios de fe que se ofreciesen en tan apar–
tarlas provincias, preferían que se les segregasen
de su conocimiento, encontrando más fácil que se
entendiese en ellos desde Espaií.aquedesdeLima. ·
«En los negocios de Inquisición, decían en efecto,
que se ofreciesen en el Paraguay y Río de la Plata,
que son de este districto, no podemos entender en
ninguna manera, porque demás que la distancia es
de más de ochocientas leguas de esta ciudad, hay en
dad que le prestaba su oficio, usurpando para ello la jurisdicción
real; que trataba su persona con grande indecencia, embriagándose
en ltlS banquetes públicos y abrazándo!'e con las botas de vino; de
ser delincuente en palabras y hecho3, refiriendo públicamente las
aventuras amorosas que había tenido; que había sido público mer–
cader. y por último, que vivía en malas relaciones con una mujer
casada, etc.
Barco Centenera nació en
¡535,
y en clase de capellán salió de Cas–
tilla en
J562
para embarcarse en la armada de Juan Ortiz de Zárate,
«COn buen lustre y mucha costa de hacienda,,, llegando á Santa Ca–
talina, «donde se padecieron muchas hambres,. Pasó al Paraguay,
ocupado de la predicación. y en seguida á Chuquisaca, para servir
por su buena opinión la capilla de la Audiencia. Estuvo después en
la vicaria de Porco, hasta que el Concilio de Lima le llamó para que
ioformase del estado del Paraguay. «<nformaciones de Lima,,
10
de
Julio de
I583.
Antes de ser nombrado para aquel cargo, Barco Centenera rindió
información de sus padres y naturaleza, «Y en este Santo Ofido exa–
minados cuatro testigos, dice uno de los ministros,- ninguno de ellos
conoció á sus padres y abuelos,,