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LA INQUISICIÓN
un alguacil y otros sus amigos, los arrastraron
y
trataron muy mal, y al uno dellos llevaron á la cár–
cel, haciendo gran alboroto y voces, y después el di–
cho alcalde fué á la posada del dicho Pedro de Ara–
na, donde tenia preso al dicho Francisco de Agui–
rre, y allí sobre tomalle la declaración, ségún el
alcalde decía, hobo otro-alboroto, y aunque le mos–
traron el mandamiento del Sancto Oficio y prO\;isión
"del Virrey de cómo el dicho Pedro de Arana iba por
alguacil deste Sancto Oficio y aquel hombre venia
en guarda del dicho preso, todavía quiso entrar en
la cárcel á le tomar el. dicho, diciendo que no sola–
mente á él, pero aún
á
los.Inquisidores podía tomar
el dicho, y haciendo mucho alboroto, hasta que por
persuasión del corregidor de la villa y del otro al–
calde su compañero, lo dejó, de lo cual se pudiera
seguir notable daño en huirse el dicho Francisco do
Aguirre
y
desautoridad cleste Sancto Oficio: man–
dóse prender y traerá esta cibdad; vino sobre fianzas
y metióse en las cárceles, enfermó en ellas y fué ne-·
cesario dalle .en fiado la vibdad por cárcel)) .
«Tres procesos contra Gonzalo Santos, é Juan ele
P<imdones, é Alvaro Hernández, alguacil, que por la
dicha información parecieron principalmente cul–
pados en dar favor é ayuda al dicho Luis de San
Román, alcalde, para lo que está dicho de suso, y
pareciónos, concluían los Inquisidores, y lo mismo
al Ordinario y consultores en conformidad, que trae–
JI
os desde Potosí á esta cibdad, que hay 300 leguas,
se les recreciera notable daño, y, atento á esto, se le
dió comisión al doctor Urquizu, nuestro comisario,
y
se le invió instrucción para que los prendiese
y
pusiese cada uno en su cárcel, que no se pudiesen
comunic-ar,
é
hiciese proceso contra ellos, según de-