EN EL RÍO DE LA PLATA
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«Ütra información contra un Maldonado el Zamo–
rano, vecino de la dicha ciudad de Santiago del Es–
teto, amigo del dicho gobernador, el cual asimismo
dijo que la misa quel dicho cura y vicario decía no
valía pada ni eea nada>>.
Resultaron también complicados por la misma
causa, aunque de una manera indirecta, Francisco
de Matienzo, hijo del licenciado'Matienzo, oidor de
los Charcas, natural de Valladolid, «el cualfué man–
dado parescer en este Sancto Oficio, porque trayt?n–
do preso á él, desde Tucumán, á Francisco de Agui–
rre, gobernador que Gra de la dicha provincia
d~
-Tucumái1, y
vini~ndo
caminando por entre ind.ios
de guerra y dando· orden Pedro de Arana, que traía
preso al dicho gobernador, cómo pudiesen pasar
sin rescibir daño de aquella gente
b~rbara,
habjén-
.dose apeado el dicho gobernador de un macho _en
que venia., el dicho Matienzo
-1~
dió un, caballo muy
bueno que él teaía, y le dijo que subiese en él, como
lo hizo, al tiempo que el dicho Arana con la
. g~rite
que traia en su guarda estaban para pelear con los
dichos indios, y como vió e.l dicho Arana ai dicho
gobernador
á·
caballo en el dicho caballo, le hizo
apear Q.e él,
y
dicen que de esto se pudiera haber
!58-
guido grande daño;
y
que habiendo salido del !Tial
paso dicho, el dicho Arana mandó al _dicho Matien–
zo
qu~
no se apartase dél sin su orden, y qve. no lo
· hizo, porque sin ella se fué á la ciudad de.la Plata á
easa de su padre. Este reo era menor y se le prove–
yó de curador después de dada la acusación, y se
hizo un proceso con él con su autoridad
y
asisten-
pender. Al menos respecto de ellos no se encuentra indicación al–
guna posterior.