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102

LA Il\Q UISICIÓl\

los testigos que contra él dicen,

y

de abono de su

persona

y

de lo que pasó al tiempo que le prendie–

ron la primera vez,

y

que no fué por el Sancto Oficio

la prisión, sinó que después de hecha, un clérigo

particular había dado un mandamiento de prisión

por el Sancto Oficio;

y

que la causa por qué desármó

á

los que salían de Tucumán, cuando él entraba, que

fué porque no se amotinasen contra él, como lo

hicieron muchos de ellos cuando le prendieron;

y

hechas las que se debieron haeor, concluyó definiti–

vamente en esta su causa, y no se n0tificó al fiscal.

Después de esto, paresce que á

12

de Agosto de

1575, mandaron los Inquisidores al alcaide que ce–

rrase la puerta de su cárcel al dicho Francisco de

Aguirre.nr

. «El proceso de Francisco de Aguirre, gobernador

de las proYincias de Tucumán, de quien tenemos

:

1.

«Y esto dicen que lo mandaban por lo que habían dicho el

maestro Morales y fray Gaspar de la Huerta: esto se hizo porque

este reo estuvo culpado en lo que toca á las· comunicaéiones de

qu~

se ha hecho mención en muchos procesos, como paresce por el pro–

ceso del dicho maestro Morales y otros, y no se le hizo cargo de

ellas, como se le debiera hacer. Asimismo por lo que dice el alcaide

el

~icho

día doce

d~ Ago~to

qut le pasó con el dicho Francisco de

Aguirre llevándole de comer

y

no queriendo comer, le dijo que no

quería comer,

y

que diciendo

a

los indios que tomasen ellos su co–

mida, dijo el reo que no habían menester comer

y

que allí tenían

pan: de donde se colige que tenia en la cárcel más de un indio,

y

en el proceso no CIJnstan como estaban allí los in dios, ni si lo habían

mandado los Inquisidores, y tener allí los indios, como paresce que

los tenia,

y

la puerta de su circe! abierta para que viesen lo que

había

y

pasaba dentro de las cárceles era de mucho inconveniente,

como se vió bien en las dichas comunicaciones, cuanto mas que

esto no se suele hacer en la Inquisición; dar una persona de razón

para que le sirva dentro de la cárcel, bien, pero más que una no se

acostumbra.»

Acerca de estas comunicaciones, véase nuestra

llislo7·ia del :Tri–

bunal del Santo Oficio de la Inquisición de Lima.