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LA INQUISICIÓN
cosas que adivinan, para tenerlas siempre enreda–
das en este engaüo y aurnentar el crédüo de las de–
m<),s que las comunican, por lo cual Su Santidad,.
por vía de declaración y·extensión, tiene cometida:
el conocimiento y castigo des tos dichos casos, corno
· de los demás, al Santo Oficio de la Inquisición. Por
tanto, so las dichas censuras y penas, mandamos
á
todos los confesores, seculares y regulares, y á los
demás letrados y doctores, de cualquier facultad?
grado ó preeminencia que sean, que no absuelvan
á
ninguna de las personas que acerca de lo susodi–
cho esté
culpada~
ó no hubiere dicho y manifestado
en el Santo Oficio lo que dello supiere, hubiese vis–
to
ú
oído decir, ni fuera de la confesión se entreme–
tan á calificar
é
interpretar los dichos casos, so co–
lor de que no hay pacto con el demonio ni mezcla
de cosas sagradas, ni debajo de otro ningún titulo
ó
pretexto, antes remitan á todas las dichas personas
ante Nos, donde se verá y determinará la calidad y
circunstancia ele los dichos casos, para que l0s que·
fueren dignos de reprehensión ó castigo no queden
sin él.
'
«Por ende, por el tenor de la presente amonesta–
mos, exhortamos y requerirnos y en virtud de santa
obediencia y so pena de excomunión mayor
latce
8ententice, trina canonica monitione premis8a,
maih
damos
á.
todos y cualesquier ele vos que si supiére–
des ó hubiéredes hecho, visto ú 0ido decir que al–
guna persona haya hecho, dicho, tenido
ó
afirmadoc
algunas cosas de las arrióa dichas y declaradas,
ú ·
otra cúalquier que sea contra nuestra santa fe cató-·
lica y lo que tiene, predica
y
enseña nuestra sant;a