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gobernador
P.edro de !barra ir á conquistar la tierra adentro,
que todo lo que S. M. aquí tiene es mu y poco ó nada para lo que
puede tener, segú n aq·ui me he informado; y an sí, si se descubrie–
se y hallase lo que todos certifican que hay, paresce que será esto
destas provincias de grand ísima consideración y de capacidad
para fundar aquí la religión f: ristiana , ampliá ndose, como todos
los que la profesamos deseamos, y porque en todo espero de Vues–
tra Señoría Ilustrísima rescebir merced, ceso y no de rogar á Dios
en mis sacrificios
y
oraciones por la vida
y
salud á V. S. Ilma.,
á
quien Nuestro Señor g uarde
y
seamos sus servidores y del Sumo
Pontífice.-Y de esta ciudad de Sant Augustin de la Florida, y de
·Mayo 23 de 1606
años.-F1·ay Juan, EpiscopHs Cttbensis.
XII
Carta del Obispo de Puerto Rico en la que refiere
como se introd ucían por allí libros de herejes,
y
en solicitud de
que se provea á ello de remedio.
Señor:-A todas estas islas que llaman de Barlovento acuden mu–
chos herejes, así lutera nos como calvini tas, con sus navíos car–
gados de mercaderías á tratar
y
contratar,
y
á las salinas de Ara–
ya á cargar de sal. Los graves daños q ue causan y los mayores
que se pueden temer conocerá
y
entenderá V. A. por el grande in–
terés que se les sigue, que no
sólo es el temporal que p retenden,
sinó el espiritual de las almas para pervertirlas con las falsas doc–
trinas que profesan, de que luego hacen obstentación con los ig–
n orantes que á ellos acuden
á
sus rescates, proponiéndoles cues–
tiones y metiéndoles en disputas,
persuadiéndole.~
á
sus falsas
y
p erversas sectas, dándoles para esto
á
leer de sus libros que las
contienen, comn me lo han referido personas que han estado pre–
sas entre ellos; y ha venido el negocio
á
tanta insolencia
y
atre–
vimiento, que de propósito y con malicia afectada se dejan estos
libros por las playas de los puertos donde llegan, y en los buhios,
que son casas pajÍzas donde vive la gente de la tierra, donde los
rescatadores los recogen. Hallóse uno en uno de estos buhios, lleno
todo de ponzoña
y
veneno infernal contra la Ig lesia católica, su pas–
tor y sus ministros, qu e me remitió el vicario de la isla l'vlargarita,'
con un proceso que fu lminó contra un hombre en cuyo poder se
halló, que por no tener contra él cosa de substancia mas de haberlo
hallado en su propio buhio, habiéndose compurgadocon el tormento