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rigos y frail es; en fin, yo he oido
á
españoles qu e eran buenos catól¡–
cos: si Moisés fué como .Ma homa
ó
un encantador igual
á
los de
Faraón, p ero m ás sabio: otros, que cuando se :qu emó la iglesia por
qué Nuestro Dios no la defendió, qué valientes fu erzas tiene; otros, y
en esto hasta al g una muj er, como la de un ta l Holbea, a seg ura q ue
es más justo el estado del concubinato qu e el d el matrimonio. Señc–
res: es tanta la infección, que ya m e parece que yo tengo d entro de
mi pecho una tibieza qu e yo no habla probado nun ca; me arrojo
á
los piés de J es ucristo para cobrar alientos, y lo consigo; mi mujer y
mis hijos los tengo como en prisión, porql'l e á "corazones d e cera se
les hacen fáciles imp resiones; esto es peor, señores, qu e Liorna. De
alg unos miles d e almas qu e hay no creo lleguen á cincuenta las
que oyen misa; todo está perdido, s-eñores . E l g obernador, que es
oficial de marina, tiene una conversación mu y
sedu~tiYa;
él solo h a
h echo aqui má;; mal qu e Lutero:en Alema nia,
y
siendo yo un cirujano ·
de toda la g ua rnición y teniend o el hospital
á
mi cargo, hacen médico
d é\ ahora á un ing lés llamado Clac, público hereje; el viá tico no se
ve .en la calle; nin g ún enfermo confies a en público; aqui hay dos
ó tres eclesiásticos , tod os abatidos y alg un o abofeteado, pública–
mente y sin satisfacción: esto s ucede aq ui al verdadero católico. Yo
estoy abatido
y
perseguido
y
me a legro, pues tomo este pretexto
para pedir al señor ministro me saq ue d e aqu i. En mi anterior carta,
en qu e daba éstas
y
más noticias á ese San to Tribuna l, le suplica–
ba por g racia me sacase de aqui
á
mi a mada patria
á
morir entre
católicos, y ahora im p loro de nuevo esta g racia, pues quiero perder
mis servicios, el s ueldo, mi carrera y todo sacrifica rlo
á
la cristia–
na crianza de mis hijos chiq uitos y salva ció n m ia; ,por lo ' que
di go con esta fecha al señor ministro qu e me mude
á
otro d estino.
Yo creo ,que Dios estará de mi p arte, y también creo la protección de
V. S.
I.
á
los verdaderos católicos.- Puerto: España d e Trinidad de
Barlovento, 3r de enero de r-]88.-
J osef
'JI!
aria Herrera.