DOGCME~TOS
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procuró el doctor Salinas, al cual admitió el dicho lnquisidor por
abogado de los presos del Santo Oficio, no estando en buena opin ión
de limpieza, porque el Conde del Vi llar no le castigase cierto delicto
que había col)letido en desacato del dicho Virrey
y
de el fi scal de
S. M.,
y
dij o públicamente el dicho Virrey qu e, venido que fuese
á
~:-;te
rein o, había de suplicar
á
S. 7vl. que, en pag·o de sus servicios,
le hiciese familiar del Santo Oficio en aquel dicho reino, porque con
aq uesto podía vivir con toda libertad que se le antojase
y
cometer
muchos delictos sin ser castigado por ello.
X
Auto del arzobispo del Nue\·o Heino de Granada
y
deposíción de
una monja sobre la conducta del comisario del Santo Oficio.
En la ciudad de Sa nta Fe del Nuevo R einr) de Gra nada, en veinti–
siete días del mes de diciembre de mill
y
quinientos
y
noventa
y
nue–
ve añ os, su señoría del señor doctor don. Bartolomé Lobo Guerrero,
arzobispo de este Nuevo Heino, del Consejo de S.l\l. C., dijo que á su
noticia ha venido que el licenciado don Lope Clavijo, deán de la
iglesia catedral desta ci udad, comisario del Santo Oficio, ha cometi–
d o muchos delitos
y
fec ho muchos excesos dignos de p unición
y
castigo, con titulo
y
color de tal comisario, aprovechándose para ello
de oficio tan sancto, é usando mal del, tomándole por instrumento
para cometer los dichos delictos, en grande inj uria
y
agravio del
Santo Oficio de la Inquisición, cuyo intento es que sus ministros
procedan bien y cristianamente, sin hacer ofensa
á
nadie,
y
que usen
sus oficios sin daño del prój imo; y, asimismo, amedrenta
á
todos y
les pone temores con el Santo Oficio, diciendo por cualq uiera cosa
qu e les ha de castigar,
y,
si fuere menester, envialles
á
Lima presos,
siendo todo esto tan con tra la voluntad de los señores Inquisidores;
y
para dalles noticia
y
que sea el dicho deán castigado conforme
á
sus cul pas, mandó hacer la averiguación siguiente,
y
lo firmó S. S.
-B. A1·c!nepus. Novi
Regm.-Ante
mi.-Alonso Cortés.
En la ciudad deTunja, en nueve dias del mes de marzo de mili éq ui–
nientos
y
noventa y nueve años, ante S. S. la dicha abadesa
é
vicaria,
para la dicha información presentó por testigo á Juana Batista, monja
profesa del dicho convento, de la cual S. S. recibió dellajuramento
en forma de derecho, por Dios
y
por la señal de la cruz,
y
ella lo hi–
zo bien
y
cumplidamente,
y
fecho, prometió de decir verdad de lo
que supiere
y
le fu ere preguntado;
é
siendo preguntada por el tenor