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seído el notificallas á los dichos arzobispo
y
obispo de Popayán;
Y'
en cuanto toca al arzobispo no hay inconveniente en la dilación, –
porque agora, con lo que le hemos escrito, está llano en esto, aunque
al principio dijo que quisiera ver por dónde conocíamos de estas
causas en su arzobispado;
y
aunque el obispo de Popayán
J10
ha
querido entregar algunos procesos que tenia hechos en casos de
inquisición,
)~aú n
nos dicen que los ha quemado,
y
con ellos uno
que tocaba
ú
don Franci co de Santistéban, deán de su Iglesia,
contra el cual han sobrevenido otras cosas-, parece no hacerle la
notificación de esta cédula, porque según su poca
con~ideración
y
dureza en todos los negocios, le ha de parecer (por la cláusula que
esti en la cédula que habla con él, que dice que los ordinarios han
tenido por bien, etc.) que es cosa mere voluntaria, y si lo entiende
de esta manera, creemos que, como hombre libre que es en hablar,
ha de decir que sin poder hacerlo nos hemos entremetido en los
negocios de su obispado, usurpándole s u jurisdicción, como siem–
pre lo. ha dado á entender, y lo predicará en el púlpito, como ha
predicado otras cosas, especialmente habiéndo-se leido el edicto de
la Inquisición, dijo que no obstante lu que allí St1 decía, él podía
absolv.erde aquellas cosas, como consta por la información origi–
nal que enviamos
á
V. S. por abril
de~8J;
y no es este juicio nues–
tro demasiado, porque se ha mostrado tan poco obediente á las cé–
dulas reales en otras c<,sas, que se le han hecho muchas molestias
y
presión, sin podelle doblar en cosa,
y
suele decir: «quitenme el
obispado; qué me pueden hacer, que ya soy viejo, y cuando acu–
dieren á Su Santidad, ya seré
muertO.llSi V. S. fuere servido que
estas cédulas se nos den conforme á las primeras, no usaremos de
las que agora vinieron, porque no cause el obispo algú11 escándalo,
que, como está léjos de aquí cuatrocientas leguas por tierra, pod e–
mos irle á la mano tarde
y
cuando los negocios están ya olvida–
dos;
y,
cierto, el obispo es homb re muy trabajoso y ha sentido
mucho el quitarle estos negocios, que eran con lo que él y otros se
han hecho temer en esta tierra tan apartada, porque cuando con la
potestad ordinaria no salían con lo que pretendían, lo alcanzaban
con hacer los casos de Inquisición á su albedrío, como acá es no–
torio.