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se por gobernador de s u obispado,
y
habiéndoselo rogado mucho,
por la satisfacci ón que dijo tepia de s u persona , el Gonzalo Torres
lo aceptó,
y
en presencia de el dicho Obispo dió residencia de su
oficio de vicat·io
y
se fué con s us p oderes,
y
admi nistró por ellos el
obispado, hasta qu e mucho tiempo después se fu é á él el Obispo,
el cual dejó al Gonzalo de Torres en oficio de cura
y
provisor,
y
desp ués S. M. le hizo merced del curato
y
ch antría de aquella igle–
sia, eP todo lo cual estaba cuando el Obispo no·s le recomendó
y
le
dimos nuestra comisión, conqu e dejase el oficio de provisor,
y
así
lo hizo;
y
como de las primeras cosas qu e á los comisarios d amos
por orden, es una qu e pida n á los -ordina rios los procesos tocantes
al Santo Oficio, Gonzalo de Torr'es los p idió a l Obispo, de donde él
tomó principio de g rande en emis tad con el dicho com isario. E l
Obispo no ha qu erido dar l!)S procesos. diciendo qu e no los tiene
y
q ue se han perdido, sabiendo el Gonzal o de Torres lo contra rio
y
q ue los tiene .en su poder,
y
a firm ::i.ndolo el notario que se los en–
tregó, y est" p orqu e tocan
á
amigos s u yos y h ombres qu e ha n pro–
curado se quemen los p rocesos,
y
se entiende de qu e alg un o se
h a hecho.
El Obispo ha estado,
y
está, ta n fu era de lo qu e debe, q ue él h a
h echo mil! desconciertos, de qu e sin mucha p rolijidad no se podría
dar relación á V. S. Quitó luego al comisario el curato,
y
n•.l le
h a admitido á la d ig nidad de chantre, aun q ue se lo ha mandado Ja
Aud iencia de Quito. f.landóle é¡ue d entro de un día mostrase la re–
sidencia qu e hab ía dado en Arequipa, so pena de excomun ión , h a–
biendo de dis tancia quinientas
y
Clll cuen ta leguas,
y
habiéndose
h allado el Obispo p resente cuando se le tomó
y
á
la sentencia
por donde le d ieron por buen juez,
y
constándole de esto
y
de que
no trajo la d icha residencia por la prisa q ue él le dió para qu e se vi–
niese á s u obispado,
y
p orqu e no exhibió la residencia, le excomul–
gó y decl{¡·ó, y queriendo publicar una bula de Su Santidad Pio V,
qu e V. S. nos manda pu b licar, el mesmo dia q ue se había de h acer
le tornó
á
declarar. Ha hecho informacio nes con tra el comisario de
cosas qu e dice el Obispo q ue hizo antes que lo fuese
y
antes q ue
él nos pidiese le nombrásei110s, qu e todas
c r~emos
son sin otro fun–
damento sinó pasión, porqu e el Obisp o se deja mucho vencer de
ella,
y
es mu y viejo
y
sabe poco. Hémosle escrito algu nas veces
acerca de esto y que dé los procesos, y hasta ahora en ning una
cosa se concierta.
Si V. S. fu era sen ·ido qu e tse nos envíe cédu la de S.
i\t .
para q ue
dé los p rocesos, con1o se han traído para los demás obispos de este
reino, notificársele h a, aunque según s u condición
y
edad, no sabe-