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424

DOCUMENTOS

se por gobernador de s u obispado,

y

habiéndoselo rogado mucho,

por la satisfacci ón que dijo tepia de s u persona , el Gonzalo Torres

lo aceptó,

y

en presencia de el dicho Obispo dió residencia de su

oficio de vicat·io

y

se fué con s us p oderes,

y

admi nistró por ellos el

obispado, hasta qu e mucho tiempo después se fu é á él el Obispo,

el cual dejó al Gonzalo de Torres en oficio de cura

y

provisor,

y

desp ués S. M. le hizo merced del curato

y

ch antría de aquella igle–

sia, eP todo lo cual estaba cuando el Obispo no·s le recomendó

y

le

dimos nuestra comisión, conqu e dejase el oficio de provisor,

y

así

lo hizo;

y

como de las primeras cosas qu e á los comisarios d amos

por orden, es una qu e pida n á los -ordina rios los procesos tocantes

al Santo Oficio, Gonzalo de Torr'es los p idió a l Obispo, de donde él

tomó principio de g rande en emis tad con el dicho com isario. E l

Obispo no ha qu erido dar l!)S procesos. diciendo qu e no los tiene

y

q ue se han perdido, sabiendo el Gonzal o de Torres lo contra rio

y

q ue los tiene .en su poder,

y

a firm ::i.ndolo el notario que se los en–

tregó, y est" p orqu e tocan

á

amigos s u yos y h ombres qu e ha n pro–

curado se quemen los p rocesos,

y

se entiende de qu e alg un o se

h a hecho.

El Obispo ha estado,

y

está, ta n fu era de lo qu e debe, q ue él h a

h echo mil! desconciertos, de qu e sin mucha p rolijidad no se podría

dar relación á V. S. Quitó luego al comisario el curato,

y

n•.l le

h a admitido á la d ig nidad de chantre, aun q ue se lo ha mandado Ja

Aud iencia de Quito. f.landóle é¡ue d entro de un día mostrase la re–

sidencia qu e hab ía dado en Arequipa, so pena de excomun ión , h a–

biendo de dis tancia quinientas

y

Clll cuen ta leguas,

y

habiéndose

h allado el Obispo p resente cuando se le tomó

y

á

la sentencia

por donde le d ieron por buen juez,

y

constándole de esto

y

de que

no trajo la d icha residencia por la prisa q ue él le dió para qu e se vi–

niese á s u obispado,

y

p orqu e no exhibió la residencia, le excomul–

gó y decl{¡·ó, y queriendo publicar una bula de Su Santidad Pio V,

qu e V. S. nos manda pu b licar, el mesmo dia q ue se había de h acer

le tornó

á

declarar. Ha hecho informacio nes con tra el comisario de

cosas qu e dice el Obispo q ue hizo antes que lo fuese

y

antes q ue

él nos pidiese le nombrásei110s, qu e todas

c r~emos

son sin otro fun–

damento sinó pasión, porqu e el Obisp o se deja mucho vencer de

ella,

y

es mu y viejo

y

sabe poco. Hémosle escrito algu nas veces

acerca de esto y que dé los procesos, y hasta ahora en ning una

cosa se concierta.

Si V. S. fu era sen ·ido qu e tse nos envíe cédu la de S.

i\t .

para q ue

dé los p rocesos, con1o se han traído para los demás obispos de este

reino, notificársele h a, aunque según s u condición

y

edad, no sabe-