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Jos ha remitido
y
creemos que se abstiene de el conocimiento de es–
tas causa , nos parece conveniente el tener este recaudo y darle
noticia de él, porq ue ha estado tibio hasta ahora, y creemos que
pers uadido de algunos oidores de aquella Audiencia , el comisario
que alli tenemos, que es el licenciado don Lope Clavijo, arcediano
de Santa Fee, nos ha escrito que se dice por allá que quiere pedir
aquel reino á V. S. ponga en él Inquisidor, atento
á
la distancia
que ha)' hasta e,;ta ciudad:
~sta,
cierto, es mucha, que son seiscien–
tas leguas, y por este n::specto con razón se les podría conceder, si
en lo demás no hobiese inconveniente,
y
los qu e se nos ofrecen
son qu e no ha y quien pueda ser consu ltor ni calificajor, á lo que
tenemos entendido de las personas .de ague! tei no.-De los R eyes,
y
de Abril 8 de 1S8o años.-.\lu y ilustrí simos señores.-Besa la mano
de V.
S.-El Licenciado Cer e:::uela.-Licenciado Antomo Cutié1Tez
de [;'!loa.
V
Párrafos de carta de la Inquisición de Lima a l Consejo tocante al
proceder del Obispo de Popayán con el comisario del
Santo Oficio, fec ha 3 de Abril de 1S8r.
Muy ilustres señores.-Siempre hemos proc urado tener buena co–
rrespondencia con los prelados de esta tierra,
y
por conservar su
amistad pasado por algunas cosas que en
la Inqu¡;;ición no se
acostumbran, para que el asiento de este Santo Oficio en esta tie–
rra que V. S. nos encomendó fuese rescebido con m:\s aceptación
d e todos, y con este intento, queriendo poner comisario (conforme
al orden de V.
S.)
en la ci udad y obispado de Popayán, qu e está
apartado de esta ciudad más de cuatrocientas
leg uas, y para qu e
el Obispo e tuviese advertido del lo
y
ful!se con gusto s uyo, le es–
crebimo primero nuestro propósito, y pidiéndole parecer sobre
á
qué persona nombraríamos, él nos respondió agradeciéndonos este
cumplimiento, y diciéndonos dos ó tres personas, y especialmente
recomendando al bachiller Gonzalo de Torres, su provisor, cura y
chantre de aquella iglesia, en quien decía concurría virtud y discre–
ción y otras buenas partes, aventajándole
á
todos los de aquel obis–
pado. Habiendo el Obispo de Popayá n los años pasados de se ir
de su obispado, no con mucha consideración, y venídose por esta
tierra, llegó á la ciudad de Arequipa, qÚe está de su iglesia qui–
nientas
y
cincuenta leguas, y a llí halló
á
este Gonzalo Torres , que era
vicario de aq uel pueblo,
y
le persuadió que con poderes s uyos fue-