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LA
INQUISICIÓ~
no, Diego RamírezJ Antonio de los Reyes y Francis–
co Murillo, polígamos.
Manuel Angola, Diego Moreno y fray Lope de
Murga, por blasfemos .
·
El bachillel' Andrés Méndez, presbíte ro, por soli–
citante; Jácomé Rico, genovés, y don Tomás Pardo
das Mariñas, alférez real de Remedios, por própo–
- siciones hereticales.
Hasta 1668 fu eron peni tenciados:
Por casados dos veces: Antonio de los Reyes, Ni–
colás Romano , Ju an Nuflo, Mateo Vasquez, Pas–
cual ele San Bartolomé, \..ndrés Tomé, y don Felipe
López, que escapó a los azotes por ser hombre no–
ble. ·
Por supersticiosos, adivinos, sorHlegos: Sebastian
César, Francisco 1\Iandinga, Alonso Pesca, doña
Magdalena Carnacho, Manue l Matamocha, Domin–
go, negro
1
y Juana González .
Por palabras sospechosas ó con sabor herético,
blasfemias ó reniegos: Stefano Cerda, doüa
A
na de
Tapia, fray Estéban P érez y Agustín Flores .
Estas y otras cansas están, como ya lo hemos in–
dicado más atrás, tan mal tramitadas y se ntencia–
das, y la relación que de ellas se clió al Consejo es
tan deficiente, que es punto menos que impos ible
en muchos casos darse cuenta del fin que tu vieron
los reos.
1
r. Citaremos algunas cuya resolución final no aparece,
A
contar
desde 164T las de Gaspar
1
úfíez, Juliá n de Ochoa, Luis Franco,
Francisco Andrade Freile, que fué sentenciado
á
salir en a uto de fe,
y
de quien tenemos hecha me nción más atrás; Juan Caldera; las
de los jesuitas Manuel González
y
Juan Camacho; José de Ortega,
Manuel de Oliveira, Luis .i\léndez Chávez
y
Benito Enríquez, pro-