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LA INQUISICIÓ:.!
pleados r sabiendo que se las daba de muy letrado,
como qu e, en efecto luego ele su ingreso, nota ndo los
abu sos qu e en el procesar y otras materias había, pre–
s entó memoriales con forma de a legatos en derecho,
que Sal as y P edroso calificaba de nii'í erías?
y
el es–
tallido vino, por fin, con ocasión de un suceso tan
inesperado como fatal para uno de los ministros del
Santo Ofi cio .
El 25 de marzo de
1660,
hallábanse en una carni–
cería de la ciudad el notario del Santo Oficio licen–
ciado don Diego Bernal el e I-Ieredia, acompaflado del
regidor don Es teban Márquez, grand e amigo suyo,
y
don Fernando de P adilla Maldonado, ct1ando c<lle–
gó á clicha carnicería una carretada de capados y sobre
querer el di cho don Fernando de P adilla sacar unos
lomillos ele uno de dichos capados antes qu e se ro–
maneasen>>; tuvieron sus palabras y concluyeron
por echar mano á las espadas . Ab razóse de P adilla
el notari o del Santo Oficio, -y teniéndole así, al dar
vuelta lacara, recibió de s u ami goMárq uez un a herida
que le penetró por debajo de la oreja derecha hacia
el paladar, pidiendo luego le confesara un clérigo
que alli estaba, hiriéndose los pechos y apretando
r .
<<Esta mala opinión, refiere el mismo Guerra de Latrás, llegó
al Tribunal, por lo cual lueg·o que se tuvo noticia en él de la mer–
ced que V. S.
I.
me h izo, Tomás de Vega, públicamente entre los
m inistros del Secreto dijo: «¡muy lindo fiscal nos envia Su Ilustrí–
s ima! que no nos hemos de ver libres de inquietudes, como las te–
n ia en Panamá".
2 .
Ocho puntos abarcaban las representaciones hech as por el Fis–
cal, todas referentes al orden de procesar. «El inquisidor don Pedro
d e Salas se dió por sentido en el Secreto, sintiendo mal de dichas
p roposiciones
y
que eran nifierias,. Carta de Guerra de Latrás al
Consejo, recibida en i\ladrid en
r3
de octubre de:
r66o.