EN CARTAGENA DE INDIAS
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de su contradictor y del apoyo que éste encontró en
el Consejo de Inquisición, el Rey siguió la opinión
del de In dias, y Vélez y \.rgos no volvió
á
Carta–
gena.r
¡Calcúlese ahora el placer con que dentro de poco
recibían sus
colega~
el e aq uella cindad la orden de
prender al teniente do1 gobernador don Francisco
de Llano Valclés, causador y movedor ele todos los
disturbios y menosprecios hechos al Tribunal!
ce
Con–
que quedamos muy consolados, exclamaban, pues
va
obrando Dios sus maravillas y descubriendo ver–
dades de un oprimido Tribun al que ha seis aiios que
padece oprobios de malos in tencionados>> .
2
P ero la desgracia de Ll ano Va1dés iba á ser corta.
Preso primero en las cárceles del Santo Oficio, bien
pronto se intimó con el inqui sidor Cort.ázar,
á
título
de pai sano, pues ambos eran vizcaínos; logró que
los médicos diesen un informe falso de achaques que
no tenia,3 y se le dió su casa por cárcel, de donde
á
veces salía
á
la calle á caballo con su vara, y ¡cosa.
singular é inaudita en el Santo Ofi cio! se le ll amaba
á
veces de su pri sión y más tarde desde su casa, ccpara.
que asistiese al dar algunos tormentos, á titulo de
que la ciudad no tenia verdugo dies1ro y que dijese
á
los negros que los daban, el 'dicho teniente, como
1.
La biografía de Vélez de Asas y Argos la detallaremos algo
más cuando tratemos de su permanencia en México,
á
cuyo Tribu–
nal de Inquisición fué transladado.
2.
Carta de 9 de abril de
r636.
3. Díjose qu e la enfermedad había sido «una postema que suere
salir
á
ge nte mozan . Informe ped ido en Esraña al doctor Velás–
quez de Contreras. 1\'lad rid, 3 de septiembre de
r63g.