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LA I 'QUIS'ICIÓN
res~
nuevas y con línuas diferencias y encuentros,
si sólo se ha ele estar
á
sus reclamos)) .
1
En esos clia ocurrió un hecho que \'ino
á
facilitar
g rand emente la resolución ele un negocio, en el que,
como se vé, so halla! an en abierta opo ición dos ele
los cuerpo mft
alto, ele gobierno : la muerte de
Murga.
Véloz no de
i.
tió por e o, como ora natural, de
defender o,
á
cuyo intento pre entó al Rey un memo–
rial impre o,
2
bn anclo u
de cargo
en el parecer
del Consejo ele Inqui ición, que tanto le faYorecía,
y
ai'íacliendo por . u parto nl gu na con. ideraciones en
abono ele su
pcr ~ ona
y
procedimiento~
como inqui–
sidor.
«\
ana · YOcos fueron
y .
inie tro
informe del
gobernador Franci. co ele Murga, quien e entronizó
tanto en aquel gobierno que tenia por asentado
nadie había de usar do Yolunta.c1 sinó la
~uya,
cuanto
mús contradecirle su accione é intento·; y aunque
esto en aquell as tierra ·, muy ele ordinario, es
clima de gobornacloro , pero en el sobredicho, por
su condición, con mayor rnón.
Y
ya, sefíor, porque
con la muerte todo se acabn, so. usponcle la conside–
ración y juicio en esta parte,
y
la \'Onida clol inqui–
s idor, pues cesa la causa que la oca ·ionó
y
el impe–
dimento que poclia hal>er ele s u vuelta
á
Carta–
gena)) ...
P ero,
á
pesar do la muerte de 1\furga., ele la defensa
r.
Copia de la consvlta qve el Confejo fupremo de la Generalln–
quisicion hizo
á
S. l'v1., etc., impresa.
2 .
.,:P./
Señor.
j
V. Magistad fve sen·ido de proveer á la confulta
que hizo el Conl'ejo,
j
etc. Folio, 8 hojas.