EN CARTAGENA DE INDIAS
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dores, un a gala negra con oro; pasearon todas las
calles más principales y públicas, dando en sus es–
quinas y plazas on ce pregones, hasta el último que
se clió C?n la plaza mayor, donde están las casas de
la Inqui sición .
«P REGó:N .-A honra y gloria de Dios, nu estro se–
fíor, y exaltación de la fe católica, el Santo Oficio de
la Inquisición celebra auto público ele la fe en la
plaza rn ayor de Cartagena, luego que al puerto ll e–
guen los galeones de S .. M. do la carrera ele las
Indias, y se hace saber
á
todos los vecinos, estantes
y habitantes en esta ciudad y las demás villas y lu–
gares
~ele
este distrito, para que se hallen presen–
tes y puedan ganar las indulgencias y perdones
concedidos·por la Sancta Sede Apostólica á todos
los que asisten á semejantes actos; y para que ven–
ga á noticia de todos, se manda pregonar pública–
mente .
. Dispúsose luego el cadalso, de cuya obstentosa
fábrica se debe al señor inquisidor el acierto, porque
como tan servidor de S .
1\1.,
procuró que á poca costa
y mucho lucimiento se man ifestase en él la mayor
rnáquit3a que hasta hoy vieron las gentes de este
Nuevo Mundo: el modo fu é llamar á tres capitanes
de la infantería de es ta ciudad
y
regidores della,
el capitan Andrés de Blanquicer, el capitán
Die.gode
Matute, y Diego de Rebolledo,
á
quien obligó el se-
, iíor Inquisidor con las muchas cortesías que tiene,
h[jas ele su nobleza, para que sé encargasen ele la
fábrica, dándoles para ello plenaria facullad de
parte del Sancto Tribunal: fué extremado acuerdo
por lo qu e se conoce de actividad y generosas ac-
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