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diese sacar de su retiro, ni encaminar
á
que lo ejecutase
porque todo era afligirse, y decir que no la llevaba el
Señor por ese
~amino;
y si alguna vez iba era de la
suerte ya, reférida.
,
En una ocasion estuvo la sierva de, Dios muy enfer–
ma,
y
habiéndole dado los Santos Sacramentos, fué su
confesor'
á
verla, y
á
decirle hicieta su testamento; y le
dijo: Padre, no tengo de que hacerlo, porque las sába–
nas que actualmente tengo en 'la cam'a no son inias; no
tengo nada de.que poderlo hacer; respondió d.icho Pa–
dre, pues quede en paz, y saliq alabando
á
Dios de ver
:su gran desnud, z y pobreza. ·
'
CAriTULO XIV.
.DE
I~A.
fiWDE.NCIA CON QUE
ENS~ÑABA
y
ADVERTlA A
sus
HIJAS.
_Era su prudencia tan grande; que celando cuidadosa
los mas leves descuidos de sus hjjas, para la correccion
.Y
enseñanza, nunca en esta se mostró áspera, porque
<:lecia la sierva de Dios, que la
correc~ion
fraternal ha–
b ía de ser en c¡ridacl.
.A-
este ejemplo tan superior, de–
bemos sus hijas tantos documentos
cua·Dtos no puede
~ignificar
la voz, siendo una imágen en que aprendía–
mos todas ]as virtudes juntas, porque con su ejemplo
n os dió regla n'uestra Venerable .1\fadre: pues su sil
~nc io
nos edificaba, y muchas veces corregía por este me 1io;
y
así decía, que ella no mortificaba á sus hijas con ayu–
nos ni. di sciplinas, si no solo con su severito. .
Y asi ·siempre reparamos en su compostura
y
ejemplo
mucho que
a,pre~der,
porque cada palabra de nuestra
Venerable Madre, era un rayo que
pene~raba
y
encen–
día el corazon mas tibio, de que es manifiesta' prueba lo
que asegura una hermana. Esta, siempre con el cuidado
de que la diriguiese
y
corrigiese, porque le parecia que
era inútil,
y
recelaba no acertar en el camino de
p~r
feccion,
h
Venerable
~ifadre
la
consolab~
y
dirigía con