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un ranchito que hizo hacer· para irse
á.
hacer oracion en–
t:t:e dia, largas disciplinas.
Todos estos ejercicios hacíamos toda la comunidad en
compa
ñia de la sierva de· Dios,
~énos
el
vina.gre con
acíbar
g.uenos daba el Viernes Santo.' En la
N
ovena.
que se
hacia de nuestro Padre
y
Sefior
J
eclu8
N
azareno
tambien se hacían estos ejeréicios de penitencias y mor–
tificaciones,
sie~d'o
nuestra Madre la capitana en
todo~
y
de quien aprendiamo,s, y
~si
mismo en la octava de mi ·
Señor Sacramentado, y en otras fiestas particulares.
Y
todos -estos ejercicios los seguimos todas· (aunque Dios
se Uev6
á
su sierva) hasta que rentramos en clausu:ra:,
sifi
fa~tar
en nada, porque 'me parecia quv si dejar-a de·
seguirlo tod-o,
m
había de
da~·
un grito,
y
así .se ejecuta-
~
ba todo,
c~mo
si
es
tuviera viv_a. .
·
·
'_'
.· .. , ·
CAPJ.TULO.
XVJo
.r
1
EN QUE SE TRATA DE ALGUNMJ CÓ:N'VERSJfONES DE VARIAS
ALMAS~
Y; J)EL PROVECHO" QUE HIZO EN ELLAS
LA SlljJRVA
.
DEL SENOR.
El Se_ñor,_
'qi:te con el fuego de s:u amor alentaba
y
a
ti~
zaba el de su sierva con tan grandes deseos del bien de
1as almas, le ponía su Divina Magestad
la
o.casiones pa.:
ra que le ganase mucpas;
y
así
á
'cierto religio8o del Or–
den de'San Agustín llamado . Fray Agustín Hurtado>
que estaba en
el
colegio de
San
Ildefonso, sujeto de mu-
1
chas letras, le sobrevino un accidente qué di6 motivo
'á
que le tuviesen todos por loco.
Y
viendo que su enfer-
\
m
edad n,o cesaba, 'auu despues de muchas y varias me-
)
dicinas, d·esesp,éranzados de que en su ,colegio de San
lld-efon~o rest~uras~
la perdida de juicio¡ y como
.qui~ra
que tuv1ese diCho Padre Maestro algunit comumcamon
con nuestra Venerable Madre,
á
instancÍas de algunas
personas vino
á
nuestra casa,
y
en ella luego que le' ha–
b16
la sierva de Dios se sosegó, de
rr;.o<}o
que caus6 admi–
racion, aquietándose,
y
tratando dicho religioso con la
formalidad· que cintes.