Previous Page  65 / 388 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 65 / 388 Next Page
Page Background

-39

51.

Lns anteriores reflexiones del P. Theiner servi.–

tán de respuesta á la poética exageracion de

:NI.

de

Chateanbriand, que asi decia: " la Europa sábia ha

sufrido una pérdida irreparable con la extincion de los

jesuitas; y en tal manera, que la educacio·n no ee ha re·

puesto desde qu.e ellos cayeron" Vol

va~os

á

decirlo–

esta exajeracion es muy poética. Porque si el cardenal

Torregiani dió mal a respuesta al argumento del Sr. Sea–

bra de Silva, que echaba en cara

á

los jesuitas el atraso

del Portugal, argumento cuya fu-erza reconocía el

P.

Theiner, anügo de los jesuitas: si este mismo ha dicho

de ellos, ·que desde que se -apoderaron de la enseñanza

de la juventud en Alemania, ningun pueblo ha sido

tan pobre en escritores de reputacion; que los jesui–

tas se hallaban en el propio grado de inferioridad

eientif?.ca que el clero;

y

que los escritores distingui.–

·dos solo se formaron despues de su extincion: si en

e;to

y

n1as no cabe duda, y son hechos incuestionables,

~referidos

por un amigo

de

los jesuitas

-en

testimonio

·de la verdad, ¿c:omo ha de tener lugar, como há de te-

ne-r .sentido la ex.ajeracion de

M.

de Ohateaubriand,

de–

·que, "la Europa eábia ha sufrido perdida inrreparable–

con la extincion

de

los jetSuitas,

y

que

!a

-educacion no

se ha repuesto desde que ellos cayeron?" La desgra–

cia es ternible entre otras razones, porque ella presta

l)rillante material

Jos poeta.s.

La

desgracia tiene

derecho á la consideracion

y

aun al respeto; pero no

á

·dar nuevas cuaHdades

á

los desgraciados; porque ellos

:serán despues ni mas

ni

rnénos de Jo que anteg

-fueron..

.

5.2~

Aden1as, aunque estando prevenidos, vitupe–

ranlos lo que es, para extrañar lo que fué, y sacar veJt–

tajas de la comparacion, nunca j amas deben con–

fundirse cof3as que en verdad son diferentes. Su–

p ongamos que en pocos

ó

muchos lugares

no

se hu–

hiese reemplazado la falta de los jesuitas, sino

dejá–

dose escuelas

y

colejios abandqnados; seria ésta ver–

dadern rn,zon para reprobar el descuido, la iugo]encia

d el gobierno, que no ponia en1peño en ll enar esos va–

c.Íof5; 1nas no para r eprobar y condenar absolutament e

<!l

cxtrañanüento

y

l~ ~xt~uciou, c91~~ ~~ ~~ ~~1bie~~