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44 ~

ee11Jio

del Pa1atin.ad.o·, del

hombre·

ele

la

m§scara~

~Ie

Jrierro·, de los asesin!atos· d.e·Enrique·III.

y

de Eul'ittne–

IV., dErlas satu•rnales·de· la

rej.encia~

de·las d.ispntas re–

l'elljiosas.

Su

n1ano.·

ha.. pa.sado> el

a~rado'

sobr·c·

el doeto..

suelo d,e

Pu..

erto~real;

y too

os

los

seTrnonBs·

dB·

los

je:.

suitas

no

han apagado

una

sola·

ele

las

llamas

de

vo-·

J.upttlosida

d, que

dura.n..te

dos

siglos, han- cu.bierto la.

FrU~nci.a

de

em.an:

acio·nes

ap~-stadas·.

Y eL espi

,ri.tu

se·

turba, al v

er la co

nclinTenGi.a de t

aliltas p

ní etica

s

1~eli-·

j,iosas

y

tantos

d:esordenes;

y

d.e

tant.es

adulterios · }/

t~ant0s

jes-uitM·.

No ha te

nido pu es ell j

esuitismo

iu–

flueRcia salud:ahle

en las

<roStllm.br:

es:-

la. h:ist0'ria

le

re--

husa

este

testin1onio."

.

, 5K-

Y

en vercyad, ha:biéndola;s

con1

gente·

qu·c;

sitl

1

decirl·o,

hacen alartle de· su

im~portatv;ia,

de

su

eien-·

tiá,

de~u

justi:ficacion!,

eon1.o cualidades

soh~:·es-alientes·

y

ostentadas por sus ad.ictos,

"hay

d.erecho

d.e

pregnn·

t~nles:

¿.com.o

es

pos~bte-,

q.u:e·con tan

buenos

directo–

res de la

vidtt~ espiritu~l1,

tan buenos

n1aestros

de

la..

juventud

y

dol pueblo, tan: hu€nos predicado·res,

tan.

buenos teólogos n1oralistas,

tan

buenos confesores, n.o'

l1uhiera mejora. en las costumbres de los

siglos

eu

que·existioron:

esos varones

portentosos'? Si hallaron

11rr

s,iglo

corrornpido en su prim.era

rnitad)

smni.lla11,

habrian

debido·

espacir

para rejen.e}:ar

la. segunda,

y

sino

e-1 siglo

si~guiente;

ahí

estaba

Ji~

ju:ventud

fo.rnla~da

po'l··

e-llos

tan

es1neradamento.

Y

si

la-

n;}.:alici~

de–

lo-s

homb-res,

era

superior

al

celo

y

virtud del j

.esn

itís–

mo,

¿cuales~

son

entónces sus

triunfos? ¡Pues

q.ué!

¿la.

con1pañia de Jesus,

creada

por Ignacio de Lo

y

o

l.~,

ha–

bia

de

ser tan

1roco

p~recida

á

la

primera

y

verdadera

compañia

de

Jesns en su gl'an

tarea de rejenorfH' el

mu

..

ndo?

Po1·que no todas las· obras <le los. apóstoles

fueron

extraordinarias

y

milagrosas.

, No

exijimos

de los

padres

jesuitas

mas de

lo

que

ellos

ofrecieron,

y

de lo qne

sus propios

y

entusiastas

upolojie,tas

han

proclamado

y

hecho valer con tanta

nfanidad.

Y

pues han exajerado monstruosan1ente

sus servicios, ha sido precis9 contradecirles con hechos

incuestionables. Lejos de contribuir

á

la reforn1a g.e–

neral de las costumbres en las Naciones, pudiera de–

cirse,

qne mas bien han

COIJ-tribuido

á

su

:relajacion

por

.la;

ense.P,anza

de

cloctrin~s lax~s,

y

por

1~

contra: