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46

t:.urba

innJcnsa de

probabilístas?

y

de

hecho

re

d'ít!-•

ron

crédito

y

g loria tales autores; pnra

que se vea., cua.f

es

el

mérito de

los

escritores jesuitas,

y

cual el crédi:o

:r

la

gloria de la con1pañia

en

esta parte.

.

..

Pasando á las

n1ateria~

de controversia, hay aJgunos

notabl es, co1no Suarez y Be]armino; pero uno

y

otro

contribuyeron al descrédito de la autoridad

cclesi~l.s­

tica, que cxajeraron hasta. la

odiosid~d,

y

al atraRo de

los pueblos

que

educaban en falsos principios. Sua–

rez daba un propio titulo á una obra destinada

á

sos–

tener doctrinas católicas y opiniones de escuela

y

ab–

surdos de paetido

-defensa de la fé católica y apos–

tólica;

y

nuineraba entre los dog1nas de

fé,

que

el papa

puede deponer

á

los reyes herejes y pertinaces,

ó

pernicio–

sos

á

la salud de las almas.

Bela.rmino reconocia

y

de–

fendia el derecho del

papa

para deponee

á

los

reyes,

y

de encargar

á

otros la expulsion

ó

la

muerte

-ab

illis

tantum poterit expelli vel

inter.fici

quibus ipse id cmn–

?nisserit.

Tarnbien ha calificado de

erronea

y

próxi?na

á

her~jia

la

sentcneia que

niega

la

infalibilidad

pontiH–

cia;

y

de

casi

dejé

la que hace al papa superior al con–

cilio

general. ¿Tales 1naestros de la juventud darian

ú

las

N

aeioncs

y

sus Gobiernos garantía de patt·jotis–

Jno,

y

tenJriG.n

derecho

á

numerarse

entre los sobre–

e-aJiGntes escritprcs, cuya mcrnoria sea digna de honor

fuera ·

de

la

Curia'?

61.

Respecto á otros ese1·jtores, el historiador

lVIa–

ria.na

"rnereció

la

preferencia. en su tiempo sobre,

las–

h

istorias

de España,

que hasta entonces habian

visto

..

la luz pública; pero rlespues se han conocido sus de–

fectos,

y

que

se

1

a.ll.a distante

de

la

gloria

que quisie-··

r~n

darle

sus coher1nanos.»

A

la bístorja de

Francia

por Daniel se le

ha

notado

' 'fhlta

de crítica., y que

no

se

le puede consultar sin desconfianza

ni

lee r

sin fas–

tidio; desde que los jesuitas aparecieron, escr·be !no–

nos los anales del reino, que ]a apología de su órden.>•

El P.

Haeduino, célebre por la nue

'D.

edicion

de

Pli~

nio, se hizo despucs estrfwagante y paradójico. En uno

de sus escritcs, que in tituló

Ateos descubiertos

pone una

l arga lista

de

aut res cristiano-.,

y

ntunera

á

Ton1asin,

l\lía.

ebranchr.,

Quesne1,

Arnaldo,

~icole,

Pascal

y

Dea..

cartes.

-

~eófil~ Rtü1~aud

7

~~

injenio

pe1~etr.ante

y

mCJnoria.