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tninistrasen fondos, no pudo evitars·e-el escándalo; los
jesuitas retiraron su apoyo á los que no eran mas que
testas; cuatro años pasaron en súplicas, que al cabo se
convirtieron en amenazas, y cornenzó el proceso. Di–
jeron de contado, que las negociaciones de Lavallette
no debían interesar sino
á
la casa de la Martinica: des–
pues, que no era culpable la casa sino La Vallette, co–
n1·o violador de los cánones que prohibían el con1ercio
ll.los religiosos;
J
mezclaron
á
sus escusas una especie
de
ironía~
ofreciendo
á
los· acreedores celebrar, seg-un
-sn
intencion, el sacrificio <le la misa, lo que redobl6
la cólera de ]os desgeaciados padres de familia, Se vie–
I'on en la necesidad de ofrecer mostrar sus constitu–
ciones, para probar que la co1npañia no podía ser pro–
pietaria, fué aceptado el oft'ecimiento,
y
las constitu–
ciones fueron presentadas. El parlamento condenó
á
los padres
á
satisfacet·
solidari~ntente
á
los acreedores
del padre La Vallette,
y
encontraron
pa.raobedecer
recursos, de que pudieron fácilmente e
char 1nano, pa–
ra evitar un ptoceso imprudente
y
vetgonzoso.»
209. Varios parlamentos se ocuparon en el exán1en
de las constituciones- de la compañia. Los partidarioB
numerosos que los
je8uitas~\tenian
en la córte se inte–
resaron con el rey, para que el asunto no se precipi–
tára,
y
nombt~ó
una comision de su
co~sejo
que revi–
~ára
las
pie~a.s
del proceso;
á
los comisarios se agrega•
ron doce ob1spos. llubo aden1as una asamblea estraor–
diriaria de muchos obispos,
y
se for1nó en consecuen..
cia un plan de acornodmniento, que fué enviado al pa...
pa
y
al general, que lo era Ricci, para que se modifi–
cára la existencia de la con1pañia en Francia. Se atri–
buye
á
Ricci esta altiva respuesta-"sean lo que son
ó
uo sean»-sint
ut
sunt
aut non sint,
y
esta impruden..
cia fué el decreto de su proscripcion.»
''El parlan1ento de París ,disolvió la s-ociedad, pro·
hibiendo
á
los jesuitas llevar hábito, vivir bajo la obe–
diencia del general,
y
en con1unidad: la maJor parte
de los
parla1~1entos
dieroil sentencias gemejantes;
y
por
último el rey con:firn1Ó la disolucion de la compañia en
Francia, permitiendo
á
sus individuos vivir con1o par–
ticulares:)) tres años despues expidió el parlamento sen·
tencia mas severa.
210.
llagamos una obsetvaeion. En los hechos
re~