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141

1rHtR que

apmtnr la

intencion. del

deseo (le

Jo

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Docnmenton1.os

la palabra del padre jesuita.

SoRtn~

v

o el. padre Dicast

illo, que "levantar un falso testilno–

nio grave con el

ánimo de ·debilitar

el crédito de aqtH'l

que levantó otro, era pecado venial por la mentira, pc·–

ro no contra justicia.» Y trabajó en apoyo de su sen–

tencia un escrito que fué adoptado por diezisiete pa–

dres, todos ellos profesores públicos-Se preguntaba el

·padre Escobar, si seria lícito desear mal al prójimo,

y

responde, que ''no es B.cito, cuando se le desea el mal

por la razon de mal; pero que es lícito, cuando se le

desea el n1al por razon de bien: por ejemplo, puedo

desear que se enferme ó que se vuelva pobre el que n1e

sigue un pleito injusto, para que se arrepienta.>> El pa–

dre Castro Palao dice-"yo creo que, procediendo con

la debida moderacion, puedes sin pecado mortal afli-

jirte de la vida de otro,

y

alegrarte

~ de

su muerte, y

desearla y pedirla eficazmente,

no por desqfecto

á

la per...

sona,

sino por algun

emolumento temporal.

Y asi lo en–

seña el padre Manuel Saa, de la compañia, diciendo

de una manera absoluta, que puedes desear la n1uerte

lt

un enen1igo muy nocivo,

no por odio,

sino por evitar

tn daño,

y

alegrarte de su muerte por el bien que se

te sigue. Sostiene Azor, de la con1pañia, que una rna–

dre puede desear la muerte de sus hijas, si por su feal–

dad ó pobreza no puede casarlas. La razon es, porque

tal deseo

y

tal gozo, no tanto es deseo

y

gozo de sn

mal, como del bien que se seguirá.

I.Juego no tiene

1nalicia.>l

179. R.especto de poder matar por el honor, oiga–

lno.s al padre Leonardo Lesio que entre rnuchas

co~as

escribe asi-"Si al o·uno quiere atacar mi honor con

b

falsas acrinlinaciones cerca del príncipe, ó del juez,

ó

<le varones honorables,

y

no tengo modo de evitar el

daño

á

mi fa1nilia sino de una manera oculta, puedo

lícitatnente matar

a

tal holnbre; porque si puedo de–

fendernle -con armas contra el que las en1plea

y

me

arnenaza, poco importa que lo haga con el instrumen-

to de la lengua, si de cualquier n1oclo rne daña ........ .

Sin embargo, no apruebo esta sentencia en la prácti–

ca, porque resultarían

n1ucho~

daños

á

la

R.epública.>~