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tar de ]a

histori~;

y

ser

á

toda luz incompatible con la

profesiou que llevaban de humildad

y

perfeccion cris–

tiana, á que estaban estrecha1nente Jigados con votos

solemnes. Cítense ejemplos ig.uales

en

personajes

de

mas alta jerarquía que los padres jesuitas; no 'por ello

quedarán éstos justificados, como no quedarán ab–

sueltos aquellos.

Los jesuitas descubrieron, annque involuntariamen–

te,

s.u

espíritu, al tocarles la fibra delicada de su co–

razon. Que protestantes hablasen rnal del Papa, por

que hubiese lanzado contra ellos una bula, nada ten–

dría ele estraño; pero lo era en sumo grado, y seria

~ncreible

si· no hubiera ejmnp1os repetidos, que jesui–

tas ligados especialmente por obediencia al Papa, y

sostenedores como nadie de la omnipotencia del Pa–

pa,

se hubiesen erguido hasta el escándalo contra Cle–

Inente

XIV,

cahunniando su memoria, desconocien–

do su poder,

y

pretendiendo derechos

á

la vida contra

el decreto de muerte que los estinguió. ¿Puede haber·

razon mas convincente

á

favor de la estincion, que

esta conducta de los llamados jesuitas? Bien dijo Cle–

Inente XIV-"la desobediencia formal del mayor nú–

mero de estos relijiosos secularizados, demuestra mas

todos los días ]a justicia

y

la necesidad de la supresion

de una compañia, tan inquieta

y

tan poco sometida á

]a autoridad del jefe ·de la Iglesia.))

462.

Digámoslo francamente: los

jesuita~

han des-

. 1nentido su profesion ostensible: su papel ha sido po–

lítico, y de conquista

y

de

dominacion, cualesquiera

que fuesen las esterioridades;

y

nunca estuvieron mas

lójicos y francos en su larga v'ida, que cuando

busca~

ron

á

su fundador ,

un

término de comparacion entre

los grandes conquistadores,

y

pusieron sobre su

tu.m·

ba este

epita:fio-Ignacio ha sido

mas grande que

Pom–

peyo, Cesar

y

Al~jandro.

Reconozcmnos en los jesuitas

un

gl'an conocimiento del corazon human-o, increible

tenacidad

y

audacia suma para llevar ade1ante sus

pla~

nes concertados,

y

toda la astuta habilidad de ]a ser·

piente, pero sin esotra prenda recomendada por

J

esu··

cristo y por consiguiente indjgnos de llama.rse com..