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son el clero: el clero es el obispo y sus curas

y

el .Pa..

pa, cada cual con la autoridad que le corresponde

y

con nuei

'ltro res

peto. Nosotros honramos y

defende~

mos la r

eliji.on

y la jerarquía, cuando pedimos la

su~

presion de estas escentricidades, que siempre han lle–

vado la tnrbacion

á

todos los estados, que han sido

harto imprudentes para tolerarlas.>>

En la sesion del siguiente dia 3 de Mayo aprobó ]a

c<hnara casi por unanimidad esta proposicion-"Üon–

tancl<? la cán1ara con que el gobierno cuidará de

hacer

~jecutar

las leyes del Estado,

pasa

á

la órden del dia.»

La votacion fné precedida de la esp1icacion precisa

y

categórica del ministro M. Thiers, que

fu~

adoptada

por los den1as 1ninistros

y

por la mayoría de la cáma–

ra--"Bien entendido, que nosotros reconocemos que

las leyes son aplicab] es-que su aplicacion se ha he–

cho necesaria- y que cualquiera que sea el resultado

de las negoci aciones, ellas serán ejecutadas.» [333]

436. Nuestros lectores no pofl.rán menos de haber

notado en los sucesos referidos, de una parte-

la tena–

cidad é ilnpudenc]a de los padres j esuitas, en soste–

nerse clandestina

ó

abiertanwnte al apoyo de podero–

sas influencias;

y

de la otra-la lealtad de los jueces; el

patriotismo de los répresentantes,

y

]a resolucion del

gobi~rno,

por lo n1enos en ciertas

' circun~tancias,

pa–

ra llevar adelante la observancia de las leyes,

y

pre–

servar de jesuitas á los pueblos de Francia. Ninguna

otra nacion ha sido tan cfmsecuente

y

enérjica en es–

te punto: r ecuérdese lo acaecido poco despues de su

fundacion.

El gobierno de Luis Felipe tuvo por conveniente

recurir al apoyo de Ron1a,

y

con este motivo fué en–

viado

~1.

Rossi cerca¡ del Papa. La negociacion en–

contró graves dificultades; las prilneras respuestas fue–

ron

subterft~jios;

y

la congregacion decidió por unani–

n1idad, que "la Santa Sede no podia ni debía ton1ar

parte en Inec1ic1as concernientes

á

los derechos cons–

titucionales de los ciudadanos franceses." Dejamos

á

]a consideracion de los lectores el cuídado de califi–

car esta evasiva, tan verdadera en su sentido; pero tan