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nlti1nas consecuencias;
y
concibo
c
1
ue haya miramien""
tos, cuaudo la violacion de las leyes no esté probada
de una 1nanm·a evidente. Cuando en 1828 se adquirió
la prueba do que ocho seminarios estaban dirijidos
por jesuitas, se les ha e cluido de estos establecimien–
tos. Al presente teneis mas: una casa dependiente de
Roma, que abrig[l¡ sacerdotes juran1entados con el es–
tranjero;
un::~,
factoria donde se colocan los fondos de
la compañia de J esus en metálico, y en fondos belgas
y
austriacos,
c.ontoda la organiz;acion de los jesuitas,
un provincial, un supcrio'r, un ecónomo, un personal
numeroso. En presencia de las
turbule~1cias
·que han
escitado en Francia, de las infracciones de
ley~s
fra:q–
cesas, de sus protestas contra .nuestras leyes, chgo yo,
que la rcsureccion do los jesuitas es una peste públí.,.
ca,
y
que debeis cerrar la casa de la calle de las .
Postas.))
"Señores, el pueblo frances tiene sn. defectos, pero
tan1bien tiene buenas cualidades. Y lo que tiene de
mas característico, es su antipatía por todo lo que lle–
va
el
nombre, por todo lo que recqen1a las doctrinas
de los jesuitas
y
·sus procedimientos. No diré p0r eso,
que si la parte ilustrada de la Nacion tendrá siempre
fuerzas para resistir
á
los jesuitas,
la
parte débil no
pueda dejarse arrastrar. No; y por lo mismo hay ne,
cesida,d de hacer impresior1 en los espíritus,
y de
que
un gobierno, que n·o es bastante antiguo,
y
que no
puede desentenderse del cumplimiento de las leyes,
en lo que estaría su mayor peligro, el gobierno de Ju–
lio tiene necesidad de no dejarse insultar por
aqt~ellos
contra los cuales se dirijia en gran parte ht revolucion
de Julio,
y
que pretenden enseñorearse entre nosQtros
á
nombre de una libertad que detestan, y que procu–
n:m hacerla dejenerar en licencia.
El
gobierno com–
prende sus deberes; él sabrá cumplirlos; pero que le
auxilie la Cámara, lo que
impm~ta
para el efecto mo–
ral.
El
pueblo, ilustrado en la cuestion, se adherirá ·
al gobi:erno y
á
la c{unara: el clero mismo caerá en
cuenta de que defendería n1ala causa, sosteniendo
á
los
jesuitas
é
iclentificán<).osc con ellos. Los jesuitas no