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contra justicia,

nt

que esté obligado

á

la restitucíorr,

si no poc1in defenderlas de otro modo, sea lego ó ecle–

siástico. La razon es, porque el inva or no tiene de–

recho de justicia para quitanne mis cosas contra mi

voluntad;

y

cuando 1ne invade injustan1ente, puedo

yo justamente defenderme con cuanto detrimento fue–

se necesario de la vida del agresor. " [247]

El P. Gregario dt? Valencia, haciéndose cargo de

la misma pregunta, de-si, e¡:¡ lícito 1natar á otro en

defensa de los bienes temporales, responde así-"es

·sentencia comun de los teólogos, que es lícito: porque

en tal caso nadie está obligado

á

amar

entonces actual–

mente

la vida del prógimo. Luego puede lícitamente

por el amor de sí mismo, querer remover lo -que· r e–

pugna

hic et nunc

con este eficaz amor de sí mismo. Por

consiguiente, puede

remover la vida del invasor,

que

sirve de obstaeulo á que -el otro conserve sus cosas, y

dé esta ·manera amarse á sí mismo." (248)

Resta la dificultad de saber, cuanta haya de ser la

cantidad que haya de defenderse con derecho de ma–

tr.r al robador. El P. Lessio .dice así-"por una cosa

pequeña no hay derecho de defensa con tanto mal de

otro; pues seria muy ínicuo que por una fruia

ó

ppr

'Un escudo, se mate á otro. Pero si te fuese ignomi–

nios-o el no quitar alladron tu cosa, puedes t omat em–

peño, y si fuese menester, matarlo, segu'n Soto, por

·que entonc-es no tanto se defiende la cosa comó el

honor." (249)

El P. Luis n1olina, clespues de afirmar que

''á

le–

gos

y

cler1gos les es lícito defender los bienes tempo–

rales, hasta 1natar al injusto agresor, cuan:do no pue–

den libertarse de otro modo, ó hay peligro de que se

¡;pierdan," pasa

á

determinar la cantidad que llegue

á

dar -derecho ·' de ejercer'0tan terrible funcion,

y

-dice

así-"cuando la eosa no fuese de

1

gran va'Yor, 'sino de

tres, cuatro ó cinco ducados, no es licito,

s~gun.

Soto

y otros; péro en caso de ser de gran valor, y hubi ese

poca esperanza de recuperada, afirma Soto que es lí–

cito matar ál ]adron. Y yo no me atreveria

á

C(:)hde–

narlo, con

t~l

de

qtw

con la voz

Ee

le advirtiera; que