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ganóla el padre maestro fray Lucas de Mendoza c_on
gran triunfo. Siendo después Provincial y habiendo
vacado la clase por segunda vez, pues sólo duraba la
provisión cuatro años, hizo segunda oposición á ella
con el mismo maestro Vera, y le fué dada á nuestro
ilustre religioso en el año 1634.
Yendo á girar la visita Provincial por la sierra,
de resultas de una fatal caída, se le quebró una pier–
na, y con aquel desastroso accidente vino á menguár–
sele la salud y al poco tiempo murió en este convento
de Lima el año de 1636. Con la muerte de tan ejem–
plar religioso y de tan docto varón sufrió esta
Brovin~
cia una irreparable pérdida; pues no volvió la cátedra
de Escritura, que sin interrupción habían tenido nues–
tros religiosos, á este Convento, hasta ocho años des–
pués; durante cuya época la tuvieron los padres de
Santo Domingo.
El padre maestro fray Juan de Ribera, digno su–
cesor del célebre maestro padre Lucas de Mendoza, y
uno de los principales fundadores del Colegio de San
Ildefonso, natural de Pisco, de esclarecido linage
y
de
suma prudencia y buen gobierno. De él escribió el fa–
moso León Pinelo, abogado de la Real Audiencia
y
profesor de cánones: <<La ley de la amistad no sufre pa–
sar tan secamente por un amigo, ni defraudar á su
mérito lo que se debe
á
su alabapza: éste, pues, sapien–
tísimo teólogo, hijo verdaderamente de Agustín, des–
pués de 25 años de lectura en nuestra Academia, al
presente es público intérprete de Sagrada Escritura,
y en virtud de una cédula real, á ruego de la n1isma
Universidad, es también catedrático perpetuo; habien–
do sido en su Religión dos veces maestro Regente, dos
Definidor, una Prior del Convento, Rector Provincial
otra, calificador del Santo Oficio de la Inquisición; en
erudición rico, en nobleza claro, en predicación insig-
ne, etc.>>
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Siendo Rector Provincial, ..se opuso á la cátedra,
vacante por la muerte del P.
M.
Mendoza, ·en el año
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