POR MA.)'IUli!L M.
SALAzA\..
73
do tener comunicación con el ángel San Ga–
briel, impuso
á
lGs
Arabes
su
doctrina como
verdad revelada. Toda ella
está
corrtenida
en el
Coran,
que abraza la reUgion, moral
y
legislación
mtisul~anas.
El libro
de los
Mahometanos con.tiene
mucb.ospreceptos
tomados del Cristianismo
y
del
J
11daismo,
pero estos sanos principios están mezcla–
dos con los ab'$urdos del fatalismo
y
de la
predestinaciólil que forman el carácter de
8U
doctrina.Entre los deberes que prescri–
be son los más notables: la oraci6n, el ayu–
no, lai
limosrHt.,
la pereg-rinacjón
á
la Meca
y la guerra santa. Reconoce el dogma de la
1nmort<ilidaci;
ero ctesfiga;rándolo con
la .
creencia
en
Q,
idla
en
que
los
placeres
sensual~s
cons
ictuyén t oda
ft ~
félicidad.
Prohibe
el
·~ e,f)~
el
uso de l&s li:cores; pe–
ro autoriza: la pologamía. Finalmente reco–
noce como pr-9fet.a
á
Jesucristo, aunque in–
ferior
á
Mahoma. Seducidos
y
entusiasma–
cios los Arabes, se preparaba, el Profeta pa–
ra
conducirlos
·á
la guerra santa,
ctrn1ndo
murió
á,
consecuencia de un veneno que le
habían
dado.
Su
ob.ra:no
conclm.yócon
él:
convertidos los Arabes en faná'tioCl)s secta–
rios, hicieron en poco tiempo las
m.ásrápi·
da~
conquistas: después <le haberse apode–
rado de la India, de la
Persia~
la Siria, los
Santos Lugares
y
el Egipto, -invadieron el
A.sia-Menor, amenazal·on
á
Constantino–
pla, conquistaron. el África,
y
pasando el ·
estrechg de Gibraltar se apoderaimn de la