, GENERAL·.
8 [
ervaclós en
él ,
pero
s~
han quitado los dos
Siglo
p rincipa,les, relativos
á
las elecciones
y
anna-
XVI.
tas~
Quando
se
trat6
de
hacer recibir
en
Fran ...
cia esta nueva
ley
, ·
se levantáron de
todas
partes oposiciones muy vi vas. Los Parlamen·
tos , los Cabildos , las Universidades , la Sor..,
bona,
y
todos los cuerpo_s que
mir.:tban la. .
pragmática como un reglan1ento precioso,
pjdiéron
su
conservacion ,
y
desechá ron el
Conc·orélato, por el qual quedaba_destrúido
en sus puntos esenciales este reglamento.
Sin embargo Francisco
I,
zeloso
en cum–
plir los empeños que habia
con~ratado
con el.
Papa, apresuraba vivamente
la
ace.ptacion del
Concordato,
á
cuyo efecto envi6 al
P..
1rla- ,
mento ·cartas-Patentes con mandamiento
ex–
preso
á
todos los Magistrados
y
á
todos los
J ueces de su Rey no de juzgar segun esta
ley,
y
de cuidar_sobre ·
su
execucion ; mas el Par–
lamento perseveró opuesto
á
la
voluntad
del
Rey , que por su parte queriendo ser obede–
cido , rei ter6 sus 6rdenes.
El
I~_arlan1ento
y
los cuerpos que le estaban adictos , pjdiéron .
al
Rey que cónvocase
á
la Iglesia Galicana
para deliberar sobre la aceptacion del Con..
cordato , del mismo modo que la había jun..
tado Cárlos
VII~ ,
para forrnar
1
Pragn1áti- .
ca de Bonrges. Esta peticion parecía
justa,
pues que se trataba de abolir una
ley
.de dis-·
ciplina , que estaba en _ su fuerza ,
y
de subs•
Tom.
X.
F
ti..
•